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| Ver lo que tenemos delante de nuestras narices requiere una lucha constante (George Orwell) |
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| Impresiones |
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| El 'efecto De Juana' desmiente al Gobierno |
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La decisión del Gobierno de conceder la prisión atenuada al etarra De Juana Chaos tuvo como efecto que al menos 29 reclusos de distintas prisiones españolas decidieran emprender su propia huelga de hambre para ver si así conseguían la misma gracia. Como era de esperar, ninguno de ellos tuvo éxito; algunos abandonaron el ayuno y otros aún hoy continúan con esta forma de presión. Pero lo que todos ellos han conseguido ya es refutar cada una de las explicaciones que el Gobierno dio para ceder ante De Juana. En primer lugar, Zapatero argumentó razones humanitarias como el «valor supremo de la vida»; pero si éstas realmente prevalecieran, presos como Fernando Luis Suárez, politoxicómano, con sida desde 2004, cirrosis hepática con riesgo de carcinoma y en huelga de hambre desde el 8 de marzo, deberían disfrutar pronto del mismo privilegio que el etarra. También el Gobierno explicó que De Juana no cumplía pena por los 25 asesinatos que cometió, pero muchos de los presos que piden el mismo trato nunca han tenido delitos de sangre. Asimismo, el Ejecutivo adujo que De Juana había cumplido ya la mayor parte de su condena, y ése también es el caso de muchos de los 29 internos, entre ellos Jesús Martínez Ramos, que estaba en la misma prisión que De Juana y por tanto depende de la misma junta de tratamiento. Para más inri, algunos de estos presos reclaman que ellos, a diferencia de De Juana, sí se han arrepentido de sus crímenes. Pero hay otra cosa que les distingue y que es la relevante para el Gobierno: ninguno cuenta con el apoyo de ETA como arma de chantaje.
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