Loïc Leferme ostentaba cinco récords del mundo de apnea, y ayer perdió la vida en las aguas de Niza (Francia), a los 36 años, mientras intentaba superar un nuevo reto que preparaba para el mes de julio. Su muerte se produjo al quedar atascada la cuerda que lo remontaba a la superficie
Desde el pasado noviembre, el ex récordman de inmersión absoluta se entrenaba para batir el último récord de inmersión no limits (sin límites) -la prueba reina en el apnea- que obtuvo el austriaco Herbert Nitsch en agosto de 2006, tras lograr sumergirse a 183 metros de profundidad frente a las costas croatas.
Como hacía cada vez que quería batir un récord, Leferme se entrenaba practicando la inmersión dos veces por semana, descendiendo de forma paulatina, añadiendo en cada ocasión cinco metros más.
El ambiente familiar en el que se había criado el deportista no podía ser más acuático: su padre fue un nadador de alto nivel y su abuelo, entrenador nacional de natación. Con 20 años ingresó en la facultad de Deportes de Niza, donde conoció a Claude Chapuis -uno de sus profesores de apnea-, récord del mundo de apnea estática en 1990. Él le contagió su pasión por este deporte.
En un momento dado se dieron cuenta de que las profundidades que alcanzaba no desmerecían en nada de las proezas internacionales que hasta el momento se habían logrado. El 5 de junio de 1999 llegó hasta los 137 metros de profundidad, y a partir de ahí comenzó a sumar un récord del mundo tras otro: el primero, el 22 de junio de 2000, al descender hasta 152 metros; el siguiente, el 18 de agosto de 2001, añadiendo dos metros a su anterior logro; el 20 de octubre de 2002 alcanzó los 162 metros igualando el récord de Francisco Rodríguez Ferreras, conocido como Pipín; el 31 de octubre de 2004 descendió 171 metros y permaneció en inmensión 3 minutos y 40 segundos.
Leferme decía que el interés de practicar la apnea estaba en «ir a un sitio donde nadie ha estado antes».
También amaba la escalada, deporte que según él era como una continuidad del otro, por la relación que tenían con la verticalidad, y por el trabajo de equipo de implican, aunque en ambos casos el hombre está solo. La inmersión en la especialidad no limits consiste en descender lo más profundamente posible con un lastre y subir a la superficie con un globo. Todo ello rodeado de un equipo de seguridad formado por otros submarinistas, que no deben intervenir para que el récord sea homologado.
De su rival Pipín afirmaba que había tantas diferencias entre ellos como entre la Nasa y la investigación espacial rusa. Le acusaba de practivar la apnea lejos de lo que aconsejaba el buen sentido, «individual y violentamente», contratando a las personas encargadas de la seguridad de la inmersión 15 días antes de intentar un récord, mientras que él trabajaba siempre con un mismo equipo.
Villefrance-sur-Mer era para él uno de los sitios más bellos en los que había buceado, aunque también guardaba muy buenos recuerdos de las inmersiones en los lagos de Afganistán o en las Maldivas.
Al mismo tiempo que comenzaba a batir récords, decidió crear junto a su antiguo profesor, Claude Chapuis, el Centro Internacional de Inmersión en Apnea.
Loïc Leferme, plusmarquista mundial de apnea, nació el 28 de agosto de 1970 en Malo-les-Bains (Francia) y murió en Niza (Francia) el 11 de abril de 2007.