La literatura de Enrique Vila-Matas se estudiaba en las universidades mexicanas mucho antes de que aquí sonara su nombre. Pero eso es porque México es un país excéntrico «y mi literatura lo es», dice Vila-Matas. La editorial Candaya acaba de publicar el primer estudio crítico sobre el escritor barcelonés, Vila-Matas portátil, en el que firmas como las de Roberto Bolaño, Ignacio Martínez de Pisón, Antonio Tabucchi, Ray Loriga, Alan Pauls, Rodrigo Fresán y Roberto Brodsky analizan su obra desde un único punto de vista: el del lector fascinado. De ahí que Vila-Matas asegure: «Si un día estoy desanimado, lo abriré para que me anime».
El libro, que se abre con una autobiografía caprichosa en la que el protagonista se presenta como mejor sabe, retorciendo su figura en el espejo, toma uno a uno sus libros y los desgrana en 58 atentos análisis de otras tantas plumas. Como colofón, el volumen incluye una charla entre el escritor y Juan Villoro, en un café barcelonés, que, por si fuera poco, tiene versión cinematográfica (en video, eso sí), ya que fue filmada por Enrique Díaz Alvarez. Y por supuesto, el libro incluye una amplísima bibliografía no sólo de lo publicado por Vila-Matas sino de lo que se detiene en su obra.
«Lucho porque se me vea como el autor de una obra, no de un libro, que es lo que creo que deja claro esta recopilación de artículos.Se ve claramente que todos los libros que he escrito están relacionados.En realidad, yo mi obra la siento como un tapiz que voy rellenando con el tiempo, no tengo la sensación de que publico nuevos libros, sino de que hago algo que debería hacer, completo algo», relata el autor, satisfecho de que se hable de dos polos en su obra: el puramente narrativo y el metaliterario.
Convencido de que su próximo libro, una antología de cuentos titulada Exploradores del abismo (que editará Anagrama en septiembre), «será mi mejor libro» y desbancará definitivamente a Bartleby y compañía, el escritor se considera a sí mismo un crítico benevolente.«Soy de los que son capaces de encontrar algo bueno en el peor libro del mundo. Sé contagiar entusiasmo pero no sé hablar mal de algo que he leído», dice. Quizá por eso, las malas críticas le afectan mucho. «Aunque esté en el periódico más horroroso del mundo. Una mala crítica me molesta», asegura.
Pero no hay ni una sola mala crítica en Vila-Matas portátil.Para el escritor, el libro «es una buena herramienta de estudio universitario». Y para Candaya, el sello que lo edita, el primer volumen de una colección dedicada a textos de este tipo: recopilaciones de artículos críticos sobre autores consagrados.
«Todo lo que pasa en un libro mío puede ser motivo de comentario literario. De hecho, yo creo que todo es literatura. Y que cualquier cosa puede ser mía en términos literarios», dice Vila-Matas, entregado de nuevo a personajes y sucesos vilamatianos. «Ahora me pasa que subo a un autobús y veo que la gente habla como en mis cuentos».