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| La violencia hacia un ser humano debe ser tan aborrecible como comer la carne de otro (Martin Luther King) |
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| IMPRESIONES |
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| Los candidatos a las municipales deben evitar las subastas |
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Cuando se acercan unas elecciones, sean del tipo que sean, los candidatos tienen muchas dificultades para evitar convertir sus actos públicos de campaña en auténticas subastas de promesas.¿Quién da más? En las últimas horas hemos tenido muchos ejemplos, como el anuncio del alcalde de Santa Coloma de Gramenet, el socialista Bartomeu Muñoz, de que pagará el material escolar de los niños de su municipio a partir del próximo curso, con una inversión municipal de dos millones de euros. Pero no es el único, sólo el ejemplo más destacado de ayer. Una campaña para las elecciones municipales, en las que los ciudadanos tienen que elegir a los políticos más cercanos, a los responsables públicos que tendrán que resolverle los problemas más cotidianos pero también los más importantes, tiene que servir para contraponer modelos de ciudad, no para hacer promesas de difícil cumplimiento por su cuantía económica, como suele suceder. Los candidatos tienen que hablar del modelo de crecimiento que quieren para su ciudad, de cómo afrontarán el reto de la inmigración -una de las principales preocupaciones de los ciudadanos-, de cómo resolverán el grave problema de la vivienda -otro de los temas que quitan el sueño a los vecinos, especialmente los más jóvenes-. Los ciudadanos, convertidos en electores el próximo 27 de mayo, han superado la mayoría de edad y no se dejan embaucar con facilidad, al contrario.No les gustan las subastas, porque saben de buena tinta que no siempre se cumplen este tipo de promesas, por lo que prefieren conocer el modelo de ciudad que defiende cada candidato para orientar su voto. Los alcaldables deberían ser mucho más conscientes de ello.
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