En la receta económica de Barcelona siempre aparece el turismo como principal elemento. Por lo que ayer, varios candidatos a la alcaldía de Barcelona presentaron sus propuestas económicas para la ciudad y en todos los discursos apareció el turismo.
Como las luces de Navidad, que se encienden en noviembre, la precampaña electoral cada vez comienza antes. Queda más de un mes para las elecciones municipales, pero todos los que se presentan cuentan ya con una agenda repleta de actos en los que ofecen promesas electorales. Así que Alberto Fernández (PP) pasó la mañana en Esade, Xavier Trias (CiU) se entrevistó con el empresariado barcelonés y Jordi Portabella (ERC) ofreció una conferencia ante el sector turístico de la ciudad. El popular y el convergente coincidieron en diversos puntos mientras que Portabella habló de una ciudad de forma «romántica», tal y como él mismo advirtió.
En una sala repleta de estudiantes y profesores, el candidato popular habló sobre las necesidades y los retos económicos de la ciudad. Prometió Fernández que rebajaría los impuestos de ser alcalde, y defendió la necesidad de impulsar un plan de privatización de los servicios municipales, entre los que citó los servicios funerarios, el parque de atracciones del Tibidabo y la gestión de la futura línea 9 del Metro.
Sustentó su propuesta con ejemplos del funcionamiento actual de algunos sectores de Barcelona. «En Barcelona, ya no existen barrenderos municipales, sino que mediante concesiones, la gestión se ha traspasado a una empresa privada», señaló el líder del PP, quien añadió que con la ampliación de este mecanismo a otros servicios municipales «se liberan recursos económicos para promover políticas sociales».
En cuanto a turismo, Fernández Díaz abogó por convertir Barcelona en «la Florida de Europa y en un centro de referencia en I+D y en conocimiento», por lo que apostó por «mejorar la formación» e incentivar la creación de empresas innovadoras, con la creación de microcréditos de hasta 25.000 euros para los jóvenes empresarios.
Por su parte, el candidato de CiU también defendió las privatizaciones, en este caso la de la gestión de los aparcamientos controlados por la empresa Barcelona Serveis Municipals (BSM) situados en el centro de la ciudad para crear otros que tengan un precio más reducido en barrios más alejados.
El dirigente nacionalista abogó por que el Ayuntamiento «traspase la gestión de los aparcamientos del centro, ahora controlados por BSM», manteniendo la titularidad pública y «aproveche para crear aparcamiento social».
Trias se mostró favorable de que sean empresas privadas las que gestionen los sesenta aparcamientos subterráneos municipales, la zona azul, el parque del Tibidabo, el Fórum o el parque de Montjuïc. Aunque dejó de lado la privatización al Zoo, el convergente afirmó que considera que «no tiene sentido» que una misma empresa, BSM, se encargue de gestionar todos estos servicios.
Mientras, Portabella presentó su proyecto más arropado que el resto. Como responsable municipal de turismo, los presidentes de los gremios implicados alabaron la gestión llevada a cabo por el republicano en los últimos ocho años. Y allí, ante un auditorio también lleno, el candidato de ERC se explayó en presentar lo que a su juicio es una ciudad ideal. Hay que implicar a los ciudadanos con lo sturistas, para lograr una mayor sostenibilidad turística, defendió el también segundo teniente de alcalde del Ayuntamiento de Barcelona.
Abogó Portabella por «profundizar en la colaboración» de las distintas realidades turísticas y entre los agentes sociales y económicos para «promover una ciudad eminentemente para vivir, gestionando los beneficios positivos y negativos que genera el turismo urbano». Y recordó que el turismo representa el 14% del sector servicios, que es el 80% del Producto Interior Bruto (PIB) de la ciudad.
Recetas económicas, algunas con puntos de coincidencia, fueron expuestas ayer por varios candidatos. Sus agendas reflejan la cercanía de los comicios, lo que les llevará a repartir recetas a diario.