MADRID.- La polémica sobre las corridas de toros ha existido desde sus inicios, aunque no ha sido hasta estos últimos tiempos cuando en el debate se ha llegado a plantear la idea de que este espectáculo representativo de España pudiera desaparecer algún día. Para bien o para mal, la Fiesta no deja indiferente a nadie, de ahí que suscite numerosas opiniones encontradas, desde las más pasionales a las más críticas.

La encargada de avivar una llama histórica antitaurina, reducida a rescoldos las últimas décadas, ha sido la ministra de Medio Ambiente, Cristina Narbona, que ha cargado en varias ocasiones contra las corridas de toros y se ha mostrado favorable a su desaparición gradual.

La ministra, que en el pasado declaró sentirse «profundamente avergonzada de vivir en un país donde se mantiene esta tradición», dijo entender que haya quien diga que hay que respetar los toros porque forman parte de nuestra cultura, pero que también «ha formado parte de nuestra tradición ese machismo que ha acabado con la vida de muchas mujeres», comparando así las corridas de toros con la violencia doméstica.

Narbona anunció la pasada Navidad, en declaraciones a EL MUNDO, sus intenciones de terminar poco a poco con las corridas: «Hay que hacerlo gradualmente y quizá ya en la próxima legislatura, pero tenemos que intentar evitar, al menos, ese momento sangriento final del toro».

Según una encuesta de SIGMA-DOS para EL MUNDO publicada el pasado mes de enero, apenas un tercio de los españoles son contrarios a que siga la tradición de las corridas de toros, mientras que dos tercios de la población adulta son favorables a que continúen los toros. Apenas un mes después, Narbona afirmó que «sólo el 8 % de los españoles está a favor de la Fiesta», algo que no se corresponde a los datos de la encuesta.

Los toros pasan, en general, por un momento delicado, pero es en Cataluña donde están sufriendo los ataques más fuertes por parte de las secciones antitaurinas.

Los problemas aparecen a finales de 2004, cuando Esquerra Republicana (ERC), con el apoyo de Convergència i Unió (CIU), hace una enmienda ante el Parlamento de Cataluña para suprimir por ley la muerte de los toros en los festejos taurinos de toda la comunidad.

La respuesta del mundo del toro fue inmediata y se creó la Plataforma para la Defensa de la Fiesta, que, mediante una campaña de recogida de firmas y distintas reuniones con los grupos del Parlamento y con el Gobierno Catalán, nació con el objetivo de la recuperación de la Fiesta en Cataluña. La Plataforma, presidida por Luis Corrales, es, desde entonces, pieza clave de la lucha a favor de los festejos taurinos. A esto se unieron numerosas asociaciones y profesionales, que se comprometieron con los objetivos de la Plataforma.

Matadores de toros como Curro Vázquez, Roberto Domínguez, Espartaco, Joselito, Fernando Cepeda, Litri, Enrique Ponce, El Tato, Rivera Ordóñez, Morante de la Puebla y El Juli firmaron un manifiesto en contra de la proposición de ERC para hacer más fuerza contra esta propuesta.

El 8 de abril de 2005 ERC volvió a la carga y presentó una proposición que trató de modificar su actual Ley 22/03 de Protección de los Animales con el único objetivo de prohibir en Cataluña todos los festejos taurinos en los que incuyeran la muerte del toro o se practicaran las suertes de picar, banderillear y estoquear.

Entonces, la Plataforma convocó un acto bajo el lema Es la nostra Festa -Es nuestra Fiesta- a la que asistieron distintas personalidades como el dramaturgo Albert Boadella, el escritor Mario Vargas Llosa y matadores de toros como Joselito, José Tomás, El Juli o Cayetano para explicar el simbolismo de la Fiesta desde el punto de vista de la cultura, resaltando los valores propios de un espectáculo que ha sido fuente de inspiración para numerosos pintores, escritores, escultores, etc...

Esa misma tarde, se celebró una corrida de toros en la que el catalán Serafín Marín se encerró en solitario ante seis reses y en la que, a modo reivindicativo, hizo el paseíllo con la popular barretina en lugar de la habitual montera.

Tras un nuevo éxito de la Plataforma para la Defensa de la Fiesta, que consiguió llenar en abril de 2006 La Monumental con un magno festival, ERC decidió llevar de nuevo al pleno del Parlamento autonómico la proposición de Ley que pedía la prohibición de picar, banderillear y dar muerte a estoque a los toros en plazas catalanas, que fue aprobada por 74 votos frente a 51. Sin embargo, la convocatoria de elecciones y la disolución del Parlamento en dos meses, hizo inviable que la proposición pudiera debatirse y votarse.

No fue éste el único golpe que se llevó la Fiesta ese día. El portavoz del Partido Popular en el Senado, Pío García Escudero, ideó la primera Asociación Taurina Parlamentaria pero del proyecto inicial con el Partido Socialista, Partido Popular, PNV y CiU, se retiraron los senadores del PSOE y CiU, mientras que el PNV pidió más tiempo para retomar el tema en otras fechas. Afortunadamente, la idea se halla de nuevo en trámite de constitución, formada por parlamentarios y ex parlamentarios nacionales y autonómicos.

Este año, la Plataforma ha pasado al ataque con la creación de un Comité de Notables. Además se ha creado la Mesa del Toro con los mismos objetivos de promocionar y defender los espectáculos taurinos. Sin embargo, existe una propuesta formalizada el pasado 15 de enero que, de ser aprobada, llevaría por segunda vez a debate la prohibición de los toros al Parlamento Europeo.

La primera se produjo el pasado 12 de octubre, cuando se rechazó un informe que solicitaba a la Comunidad Europea que pusiera fin «a la lucha de perros, toros y gallos adoptando normas legales nacionales o comunitarias, según los casos» y que solicitaba que las personas implicadas no recibieran subvenciones nacionales o estatales para organizar tales eventos.

La propuesta para prohibir las corridas de toros fue rechazada gracias al voto de 412 parlamentarios, por 178 que votaron a favor y 15 abstenciones.

Pero cuando los aficionados de la ciudad condal vieron ralmente saltar las alarmas taurinas fue a finales del pasado año, ante el rumor de que la empresa Balañá abandonaría la gestión del coso a partir del año 2008 para trasladar allí, a propuesta del concejal Jordi Portabella (ERC), a los tenderos del mercado de los Encants. La Plataforma para la Defensa de la Fiesta mantuvo una runión de urgencia con el empresario Pedro Balañá en la que ambas partes mostraron su total disposición para que continuara habiendo toros en Barcelona más allá de la actual temporada.

Las dudas y la incertidumbre se apoderaron de los aficionados hasta que, a finales de febrero, Pedro Balañá llegaba a un acuerdo con la Casa Matilla para que organizase los festejos taurinos en La Monumental a partir de esta temporada. En un comunicado, la empresa Balañá señaló que se llegó a este acuerdo «con el fin de favorecer al máximo posible a la Fiesta de toros en Barcelona».

El primer golpe de efecto de la nueva empresa no ha podido ser mejor con el anuncio de la reaparición de José Tomás en La Monumental el próximo 17 de junio. Su vuelta será el mayor impulso a la Fiesta de los últimos tiempos. Las entradas se agotaron en unas horas y Barcelona volverá a tener un «no hay billetes» en sus taquillas. Histórico.

En 1998, se redacta un decreto destinado a ampliar y desarrollar la Ley de Protección de los Animales de 1988. Así, el Decreto 332/1998, del 24 de diciembre, establecía la prohibición a los niños y a los adolescentes menores de 14 años la entrada a las corridas de toros.

Ante esto, la Federación de Entidades Taurinas de Cataluña presentó una demanda ante el Tribunal Superior de Justicia de esa comunidad, que sería retirada a cambio de la corrección del decreto, permitiendo la entrada de menores acompañados por un tutor, algo que se conseguiría a finales del año 2000.

Pero la alegría duró poco ya que, en 2003, el Parlamento de Cataluña aprobó una nueva ley, por la que los menores de 14 años volvían a tener prohibido el acceso a las plazas de toros incluso acompañados por una persona mayor de edad. En 2004, la plaza de toros de Tarragona fue amenazada de cierre por la Generalitat de Cataluña por permitir el acceso a los menores.

En abril de 2004, se produjo uno de los golpes más duros para la Fiesta en Cataluña cuando el Ayuntamiento de Barcelona declaró a la ciudad como «contraria a la práctica de las corridas de toros», con 21 votos a favor, 15 en contra y dos en blanco. Tomaron parte en la votación los miembros de ERC, Izquierda Unida y CIU (a favor) y PSC (ocho a favor, de 14 que asistieron). A esta decisión, se unieron las de otras localidades, como Olot, cuyo Ayuntamiento aprobó en un pleno una moción presentada por la asociación ecologista APADOG, por la que se declaraba a la citada ciudad como villa antitaurina.

ERC no tardó en fomentar la declaración de ciudad antitaurina a Sant Feliu de Llobregat, que se unió a las ya declaradas anteriormente de Torelló y Granollers. Actualmente, son un total de 41 los municipios que se han declarado contrarios a la Fiesta. En Cataluña, sólo Barcelona, Olot y Tarragona siguen celebrando espectáculos taurinos en sus plazas.