El Espanyol se salva de un bombardeo / EL MUNDO

LISBOA.- Los porteros tal vez no pueden ganar partidos, pero sí pueden decidir eliminatorias. El espanyolista Gorka dio ayer el mejor ejemplo de ello. El meta blanquiazul se convirtió en una suerte de muro impenetrable para los delanteros del Benfica y acabó siendo decisivo para conducir a los suyos hasta las semifinales. Valverde ya ha admitido que, de llegar a la final, será el titular. Se lo ha ganado a pulso.

El Benfica, consciente de que necesitaba marcar para pasar la eliminatoria, puso cerco a la portería de Gorka en los compases iniciales del partido. El excesivo agarrotamiento de Chica y las autopistas que dejaba en el lateral zurdo pudieron costarle un serio disgusto al Espanyol. Ito tampoco parecía tener su mejor día. Por fortuna para los blanquiazules, los delanteros del Benfica, tampoco. El equipo de Fernando Santos prácticamente se hinchó a provocar córneres, pero no lograba materializar su ansiado tanto, ni con un ajustadísimo ataque de Nuno Gomes cuando moría el primer tiempo, bien desbaratado por el meta blanquiazul.

Los periquitos sobrevivían como podían, con Pandiani de poste y recibiendo casi más golpes que balones. El uruguayo, curiosamente, generó su mayor peligro en toda la primera mitad escorado a la banda izquierda, con una suerte de centro chut que se estrelló en el poste de la meta portuguesa.

En la reanudación, el acoso del Benfica a la meta de Gorka no tardó en reaparecer. Rozaron el premio en una gran jugada de Rui Costa con centro final para Nuno Gomes a la que el meta blanquiazul respondió con una no menos espectacular parada sobre la línea cuando ya todo el estadio cantaba el gol. Y, para aquellos balones a los que no llegaban sus manos, contaba con la inestimable ayuda de los postes, que frustraron hasta dos claras ocasiones más de un conjunto al que no parece abandonar la maldición de Bela Guttman. El Espanyol se enfrentará al Werder Bremen, que ganó 4-1 al AZ, en semifinales.

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