Inactivos el grupo alemán E.ON y el presidente de Endesa, Manuel Pizarro, la tensión en la pugna internacional por el control de Endesa continúa en el frente político y, por tanto, en las instituciones. Una de ellas, la Comisión Nacional de la Energía (CNE), puede poner una alfombra en favor de los teóricos ganadores de la batalla, la constructora española Acciona y la eléctrica italiana Enel, pero también asestarles un duro golpe. Y la cosa empezó ayer en esta última dirección, cuando se sometía a análisis a Acciona y Enel, por primera vez tras el pacto alcanzado con E.ON.
La presidenta de la CNE, Maite Costa, perdió una primera votación frente a los cuatro vocales nombrados a propuesta del PP junto a dos del PSOE que suelen actuar al margen de los deseos del Gobierno. Estos seis vocales lograron, sin que figurara en el orden del día, una mayoría para revisar la autorización a Acciona del pasado septiembre para comprar el 24,99% del capital de Endesa.
En opinión de estos consejeros, Acciona ha tomado decisiones que desvirtúan las condiciones por las que recibió la autorización. Por tanto, lograron que la CNE solicite a la constructora que preside José Manuel Entrecanales la remisión de su acuerdo con Enel para lanzar una OPA sobre Endesa.
En la resolución de la CNE del pasado 26 de septiembre, se acordaba autorizar a Acciona a comprar acciones «hasta un porcentaje que no exija la formulación de una Oferta Pública de Adquisición de acciones (OPA)». Sin embargo, Entrecanales ha anunciado ya su OPA.
El portavoz de la CNE declinó hacer comentarios sobre el resultado de la votación, pero, según pudo saber este diario, sólo votaron en contra Costa, Jaime González y Sebastián Ruscalleda, los tres nombrados a propuesta del actual Gobierno.
Junto a los cuatro del PP votaron dos teóricamente adscritos al PSOE, como son Luis Albentosa y Jorge Fabra. La reapertura de la autorización a Acciona puede no tener consecuencias y es un asunto aparentemente menor en la batalla, pero la división en la CNE y el hecho de Costa pierda votaciones augura un camino difícil para la constructora y Enel. El grupo italiano, sobre todo, necesita el apoyo de la CNE para hacer valer su cuantiosa inversión en Endesa -10.000 millones de euros para empezar-. Para ello, precisa que la CNE le autorice a comprar más del 10% de Endesa en un primer momento y a tomar en contra de la empresa junto a Acciona en una segunda fase.
Pero los vocales a propuesta del PP pueden argumentar que, si el criterio de la CNE fue poner condiciones a E.ON por poner en peligro el suministro energético en España, con mucho más motivo deben imponerse a Enel, que se debe por completo a los intereses de un Estado extranjero. El primer accionista de Enel es el Ministerio italiano de Economía. Según esta versión, si la CNE impidió que E.ON gestionara centrales nucleares en España, con más motivo a Enel, que carece de experiencia en el sector desde 1988, debido a la decisión en contra de este tipo de energía que se adoptó por referéndum en Italia.
Tensión en los reguladores
El secretario de Economía en la Ejecutiva del PP, Miguel Arias Cañete, ha resaltado ya públicamente la preocupación que tiene su partido por esa inexperiencia de Enel y por el hecho de que una empresa privatizada española vuelva a manos públicas.
Los cuatro vocales del PP en la CNE no tienen mayoría frente a los cinco teóricos del PSOE. Pero ya Costa tuvo problemas para superar votaciones en favor de Gas Natural y en contra de E.ON en el pasado. Las decisiones de su organismo son vinculantes. La tensión que se avecina en la CNE se une a la existente ya en la Comisión Nacional del Mercado de Valores (CNMV), cuyo presidente, Manuel Conthe, ha anunciado precisamente su intención de dimitir por perder votaciones significativas, aunque aún no la ha materializado.
El ministro de Industria, Joan Clos, eludió ayer contestar a una pregunta sobre qué opinión le merecía que Conthe pueda replantearse su marcha. Pero sí dijo que su deseo es que los órganos supervisores «se parezcan a las instituciones buenas de Estados Unidos». Admitió que son relativamente jóvenes y «si tenemos algún ruido o accidente, lo tendremos que aguantar». No obstante, agregó que «más allá de las anécdotas de los últimos días», la CNMV «ha funcionado relativamente bien y nos gustaría que, sea con el presidente que fuere, en los próximos años continúe funcionando bien».