Coll cumplió las órdenes de Wolfowitz. Como consecuencia, Riza obtuvo una subida de su sueldo neto anual de 49.930 dólares, hasta alcanzar unos ingresos netos de 193.590 dólares (144.188 euros). Y ha disfrutado este año de un incremento salarial del 7,5%. Todo para compensar a Riza por su marcha, temporal, al Departamento de Estado, donde iba a trabajar en régimen de secondment, es decir, pagada por el Banco Mundial. Y es que la funcionaria no podía seguir en la institución, porque Paul Wolfowitz era, desde hacía tres años, su novio.

El escándalo de Riza ha puesto a Paul Wolfowitz al borde de la dimisión. Ayer, la Asociación de Profesionales (Staff Association) del Banco le pidió «que dimita de forma honorable». La solicitud fue formulada inmediatamente después de que Wolfowitz compareciera por sorpresa en una reunión informativa de la Asociación. Fue un encuentro en el que se armó, literalmente, la de Troya, con los funcionarios del Banco gritando al presidente: «Dimisión, dimisión». Apenas una hora y media antes, Wolfowitz había declarado en una rueda de prensa que «cometí un error, por lo cual pido perdón», mientras suplicaba «algo de comprensión».

El problema es que los cargos en su contra crecen día tras día. Por un lado está ese correo electrónico, que en realidad nadie ha visto, pero que la Asociación de profesionales garantiza que es verídico, y cuya existencia el banco no ha desmentido. A eso se suma el hecho de que, según sus críticos, Wolfowitz prohibió al entonces máximo responsable legal del banco, Roberto Dañino, que participara en la toma de decisiones relativa al puesto de trabajo de su pareja Shaha Alí Riza. La causa del veto fue que Dañino se había opuesto a las condiciones laborales que el presidente del Banco Mundial quería para su novia. Poco después, el máximo responsable jurídico del banco dimitió. Su puesto ha sido cubierto por la ex ministra de Exteriores española, Ana Palacio.