JOSÉ RAMON ITURRIAGA
La corrección de las bolsas del mes pasado no ha sido ni más larga ni más profunda que la de mayo de 2006. Sin embargo, los argumentos bajistas siguen siendo válidos. Porque ni se ha clarificado el escenario macro ni ha disminuido el apalancamiento de las empresas. Tampoco se ha producido un cambio sustancial en las políticas monetarias. Y, por supuesto, las valoraciones siguen igual de ajustadas.
El aluvión de operaciones corporativas es lo que ha hecho que el mercado se recuperara con tanta rapidez. Con los niveles de liquidez actuales, hay pocas empresas que se queden fuera de las quinielas. En el entorno del capital riesgo, la euforia es tal que se baraja la posibilidad de que en los próximos meses se anuncie una operación que supere los cien mil millones de dólares. Mientras esperamos que llegue la «madre de todas las operaciones», la macro en EEUU se deteriora día tras día mientras la presión en precios aumenta por el fuerte repunte del petróleo y de los productos agrícolas, lo que dificulta que Bernanke pueda acudir al rescate en los próximos meses.
En abril se empiezan a publicar los resultados del primer trimestre. Es importante ver en qué medida se está trasladando el peor cuadro macro a los resultados empresariales. Cuando la economía crece menos, las materias primas continúan en máximos y los sueldos no paran de subir, los márgenes han de reflejarlo.
Así, en los próximos meses, las bolsas se van a debatir entre el deterioro progresivo de los fundamentales y el volumen de dinero que entra en el mercado por todas las operaciones corporativas.
José Ramón Iturriaga es gestor de Okavango Delta y socio de Abante.
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