Tensa espera en algunas ejecutivas provinciales y silencio sepulcral más allá de la sala de juntas, donde ayer se reunió, a puerta cerrada, el Comité Electoral Nacional del PP en Madrid.
Si bien el proceso de elaboración de listas apenas ha turbado la pax romana largamente impuesta en el imperio de Rajoy y Acebes, algunos retrasos en su presentación, como los de Baleares y Canarias, y alguna incógnita de mayor calado, como la del todavía incierto acuerdo en Valencia, aportaron una cierta y soterrada inquietud en las filas populares.
La criba de los candidatos a las capitales de provincia y diputaciones que, según los Estatutos del PP, corresponde a las direcciones provinciales, se trasladaba ayer al Comité Electoral Nacional -que en otros casos se limita a ratificar las listas- para enclaves de alta tensión, como Alicante, feudo de los denominados zaplanistas.
El fracaso de las negociaciones entre su líder, Joaquín Ripoll, y el presidente regional, Francisco Camps, desembocó en una lista ripollista para la ciudad de Alicante y otra lista campista de candidatos alicantinos a la asamblea autonómica -que decide la dirección regional del partido-. Excepto el alcalde y candidato, Luis Díaz Alperi, que encabeza la candidatura, el resto de los propuestos pertenecen al núcleo duro de la dirección provincial, según informa Héctor Fernández. De hecho, la ejecutiva no incluyó ni a un sólo alineado con Alperi en los 28 puestos siguientes.
En la sede nacional se insistía ayer en que el acuerdo era un hecho, pero desde Valencia, fuentes populares auguraban un fracaso del «órdago» de Ripoll.
Mucho más calmadas llegaban al Comité Electoral Nacional las aguas en Madrid, hasta el punto de que tanto el cabeza de lista a la Alcaldía, Alberto Ruiz-Gallardón, como la presidenta del PP regional, Esperanza Aguirre, presumían por separado: el uno, de haber logrado integrar a su equipo, y la otra, de haber impuesto su autoridad sobre los nombres y el orden de la lista.
Los canarios de José Manuel Soria, por su parte, llegaban a la cita con la lengua fuera, sin llegar a cerrar las listas en los cabildos de El Hierro y La Gomera -ni en sus capitales respectivas-, según informa Teresa Cruz; confiados en haber cerrado la crisis de Lanzarote, y en resolver en pocos días la crisis del municipio de San Bartolomé de Tirajana (Gran Canaria), donde el alcalde y una decena de ediles han dimitido por no aceptar la estatutaria decisión de Soria de incluir a dos personas de su confianza.
Mucho más tranquilos, en todo caso, se mostraban ayer los populares extremeños, tras resolver un «error» en el orden de inclusión de las listas de su nuevo socio, Extremadura Unida, y pese a que en Badajoz uno de los ex ediles de la capital, Nicasio Monterde, presenta hoy su propia candidatura independiente.
Madrileños, murcianos, asturianos, aragoneses, extremeños y castellano-manchegos, cumplieron y vieron anoche finalmente aprobadas sus listas. Andaluces, gallegos y vascos también cumplieron con sus ciudades y juntas. Pero al Comité le toca hoy lidiar con baleares, valencianos, catalanes, cántabros, riojanos y castellano-leoneses.