La joven había dado a luz recientemente en un hospital de Sevilla tras ingresar con una identificación falsa. Debido a unos problemas físicos poco graves que sufrieron tanto la madre como el bebé, ambos estuvieron internados unos días.

Cuando se les dio el alta, la mujer abandonó el hospital, aunque no inscribió al recién nacido en el Registro Civil dentro del plazo establecido por la ley, por lo que la Policía comenzó a seguirla.

La ahora detenida viajó hasta Palencia en compañía de su novio. Allí residieron en centros de acogida. Al poco de llegar, el niño necesitaba ser sometido a determinadas pruebas médicas y la madre le llevó a un centro médico. Sin embargo, al presentar la documentación, los trabajadores vieron que los datos de filiación del bebé no coincidían con los de la madre, algo que se ratificó cuando, al ser detenida, la mujer se identificó con un nombre distinto al que figuraba en el informe médico.

Las investigaciones realizadas posteriormente han determinado que, en el momento del ingreso, la joven se inscribió con el nombre de otra mujer y que el niño figura como el hijo de ésta y de su pareja, que residen en otra comunidad autónoma, lo que llevó a la Policía a sospechar que la intención de la madre fuera entregar al recién nacido a esa otra familia.

La Policía ha practicado pruebas de ADN para determinar fehacientemente la filiación del bebé, así como otras que lleven al total esclarecimiento de los hechos.