Los padres del bebé hallado muerto el pasado miércoles dentro de un armario de un piso de Usera han sido detenidos. A Victoria y a su marido Jesús, ambos bolivianos de 23 y 26 años, se les acusa de homicidio. La mujer se encuentra hospitalizada en el 12 de Octubre y su esposo está preso en los calabozos de la comisaría de Usera-Villaverde. Ninguno ha declarado ante la policía aunque en sus primeras manifestaciones a los médicos negaron que fuesen a ser padres de un bebé. Ambos se encuentran en situación irregular y llevaban un año en España.
De acuerdo con las primeras investigaciones, la bebé nació viva y pudo morir asfixiada. Sin embargo, los resultados definitivos de la autopsia no se conocerán hasta el día de hoy.
La criatura fue encontrada muerta dentro de un armario del cuarto de baño del bajo A del número 28 de la calle de Parque de la Paloma, en el barrio de Orcasitas (Usera). El cadáver estaba envuelto en un pantalón de chandal con manchas de sangre.
El hallazgo de la niña muerta se produjo después de que la madre llamase al teléfono de emergencias 112 para pedir ayuda. Aseguró que tenía una fuerte hemorragia vaginal como consecuencia de una caída que había tenido el día anterior en la bañera.
Cuando llegaron al domicilio indicado, los facultativos de una UVI móvil del Servicio de Urgencia Médica de Madrid (SUMMA) hallaron a la mujer en estado «hipotenso» e inestable.
Tras ser estabilizada, la mujer fue trasladada al hospital Doce de Octubre, donde se le efectuó una ecografía que detectó restos de placenta y cordón umbilical en el útero, lo que hizo sospechar a los médicos que había dado a luz. Los facultativos avisaron a la Policía. Sin embargo, la mujer mantenía a los médicos que no estaba embarazada y facilitó datos falsos sobre su historial médico, según fuentes de la investigación.
Agentes de la comisaría de Usera, acompañados de los efectivos del Summa, se trasladaron a la vivienda de la mujer, donde encontraron a dos hombres -entre los que se encontraba la pareja de la madre- y a una mujer. Todos indicaron que no había ningún bebé en la casa. Los agentes comenzaron a registrar la casa y ya sospecharon al ver que varias habitaciones estaban cerradas con llave.
Finalmente, encontraron el cuerpo de la recién nacida envuelto en unos pantalones en el interior del pequeño armario que había bajo el lavabo. La niña estaba boca abajo en posición fetal, con una parte del cordón umbilical aún unida a su cuerpo.
Los médicos certificaron que la pequeña se encontraba cadáver, por lo que no pudieron efectuar maniobras de reanimación. Los agentes policiales esperaron la llegada del juez y de la Brigada de la Policía Científica.
De acuerdo con las primeras investigaciones, el bebé nació a término tras nueve meses de gestación, pues tenía el tamaño normal de un feto desarrollado. Los agentes del Grupo VI de Homicidios se han hecho cargo de la investigación.
Los vecinos del inmueble se mostraron sorprendidos, porque no habían notado que la mujer estuviera encinta. Asimismo, indicaron que no tenía ninguna relación con ellos.
Sólo sabían que las cuatro personas vivían en ese piso desde el verano pasado y que no habían causado molestias en la comunidad.