Sábado, 14 de abril de 2007. Año: XVIII. Numero: 6327.
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SEGURIDAD / Los líderes sindicales aseguran que no hay conducta delictiva y que los implicados usaron «la fuerza indispensable» / El Departament d'Interior muestra las imágenes de los presuntos abusos a las agrupaciones
Los sindicatos de los Mossos niegan los malos tratos y piden el cese del director del cuerpo
NANDO GARCIA

BARCELONA.- La rueda de prensa montada por el Departament d'Interior para explicar que había suspendido de empleo y sueldo y denunciado a la Fiscalía a cinco Mossos d'Esquadra por maltratar a dos detenidos ha indignado a los sindicatos policiales hasta el punto de que han solicitado el cese del director general del cuerpo, Rafael Olmos.

Los sindicatos mayoritarios, SPC, CAT Y APPAC, realizaron ayer una rueda de prensa para expresar su malestar con la Administración por su actuación en este caso. Y lo hicieron con conocimiento de causa porque el jueves vieron las imágenes en las que se aprecian los presuntos malos tratos en la comisaría de Travessera de les Corts. Los represenates sindicales se negaron a explicar lo que se aprecia en el vídeo porque el caso se encuentra judicializado.No obstante, insistieron en que no existe trato vejatorio y que en al menos uno de los casos -por el que han sido expedientados un cabo, un agente profesional y dos en prácticas- se trata únicamente de la reducción de un detenido muy violento.

Interior se puso en contacto con los líderes sindicales para ofrecerles que vieran las cintas el jueves acompañados de miembros de la División de Asuntos Internos. Antes de ver las imágenes, les avisaron de que iban a visionarlas en calidad de policías, por lo que fueron advertidos de que no revelaran su contenido.

Diversas de las personas que han visto estas imágenes relataron ayer a EL MUNDO en que los presuntos tratos vejatorios «son menores».Todas las fuentes consultadas por este diario insistieron en afirmar que en el caso de la mossa expedientada por golpear a una detenida es a priori más grave porque la agente da dos bofetones a la arrestada cuando está esposada porque no dejaba de increparla.

Fuentes policiales explicaron que la cámara oculta que registró los dos incidentes se encontraba en una torre informática encima de una mesa que se encuentra en la habitación donde se llevan a cabo los registros.

Los sindicatos reclamaron ayer al conseller d'Interior, Joan Saura, que anule la suspensión de empleo y sueldo de los agentes.Dos de ellos están en prácticas y se ha puesto en peligro su carrera.

Según el secretario general del sindicato SPC, David José, lo que ha hecho Interior ha sido «una operación mediática con fines electoralistas» con vistas a las municipales.

Los sindicatos incidieron en que ha sido «excepcional» que hayan sido apartados del cuerpo cuando no hay resolución judicial y añadieron que si los hechos fueran tan graves «se hubiera detenido a los agentes». Aunque CCOO y UGT-SAP no acudieron a la rueda de prensa su posicionamiento es casi idéntico.

Además de la instalación de 40 cámaras nuevas de vigilancia en la comisaría, el director de la Policía ya explicó que incorporarían nuevos mandos en estas dependencias. En este contexto se sitúa el nombramiento de un nuevo jefe de los calabozos de Les Corts, en detrimento del que ya estaba y que va ser responsable de seguridad ciudadana.

En cualquier caso, la intención de Interior a la hora de decidir enseñar las imágenes a los sindicatos era la de atajar las críticas que habían vertido sobre la forma de gestionar el asunto. Sin embargo, el remedio ha sido peor que la enfermedad y en el seno del cuerpo de los Mossos existe la sensación de que los dirigentes políticos les han «dejado con el culo al aire». Y es que los sindicatos consideran que la denuncia pública que realizaron días antes sobre el pésimo estado de salubridad de los calabozos de Les Corts ha sido una de las razones por las que se ha dado publicidad.


El atestado policial de una de las dos polémicas detenciones

BARCELONA.- El atestado que se realizó el día 31 de marzo tras la detención de Rubén P. M., de 37 años, recoge puntualmente lo que sucedió tras su arresto. El hombre fue capturado minutos antes de las 6.00 horas por una patrulla de seguridad ciudadana por agredir a un agente. Antes de trasladarlo a la comisaría, lo llevaron al Hospital Perecamps porque estaba muy alterado y llegó a romper de una patada la mampara del coche.

A las 8.15 horas y ya en dependencias policiales de Travessera de les Corts, el detenido fue trasladado a la habitación en la que se llevan a cabo los resgistros y en la que estaba la cámara oculta instalada por la División de Asuntos Internos de los Mossos.Allí, según el atestado, al que ha tenido acceso EL MUNDO, le piden «de forma correcta y educada que colabore», pero empieza a insultar a los cuatro agentes que están con él. «Mossos hijos de puta, sois unos perros. Soy español, tendrías que ir a buscar a esos moros de mierda» o «Tengo vuestras placas y os voy a joder la vida», fueron algunas de sus expresiones.

Ya sin esposas, el hombre, de casi 190 centímetros y de complexión fuerte, retó a los agentes diciéndoles «cuál de vosotros va a ser el primero, que le voy a partir la cara y no tenéis cojones».

El detenido, según la minuta, tiró su chaqueta a los agentes y les hizo un gesto con las manos para que se le acercaran. El atestado sigue así: «cuando le vuelve a repetir que se tranquilice de repente le da una bofetada en la cara y una patada en la rodilla» de uno de los agentes. «El cabo y los tres agentes reducen» al detenido «aunque éste ofrecía una gran resistencia activa a ser esposado, intentando morder o hacer daño como fuera». En las imágenes se aprecia cómo un policía da un rodillazo al arrestado en el estómago para que doble su cuerpo y el resto de agentes se tiran encima de él.

Tras ser esposado, el detenido «reacciona de forma convulsiva golpeándose con el suelo, con las piernas y la cabeza siendo difícil su contención manual», señala el atestado, que sigue: «en protección de su integridad física se le aplican las medidas de contención establecidas», entre ellas, ponerle un casco en la cabeza.

En su declaración en comisaría, el detenido explicó que le dolía «el pulmón, el piez izquierdo, el ojo izquierdo». «Tengo la nariz rota y la espalda me duele y perdí el conocimiento», afirmó.Además, reclamó poder presentar denuncia. Horas después fue trasladado a los juzgados, donde volvió a reclamar su derecho a denunciar a los agentes. Por ello, el juez decidió enviarlo al médico forense.Al día siguiente, volvió a los juzgados e interpuso la denuncia.El miércoles, el detenido fue a juicio por atentado, pero el juez suspendió la vista cuando supo que él también había denunciado a los policías. Así, el juez abrió diligencias por malos tratos.

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