Su aproximación al maestro de Bayreuth se ha hecho desde la pasión habitual del grupo. «Nuestra interpretación de El oro del Rin es ecología profunda. Erda, la diosa Tierra, es el combustible fósil. Si lo alteras, si se lo robas a la Tierra, la cambias. Estás cogiendo el oro negro, desequilibrando lo demás. Esto Wagner lo pensó en el XIX», dice Padrissa.

Por un lado, pues, han aportado una visión profunda del sentido de la vida, de las relaciones entre los seres, «incluso del ser humano, del homo sapiens, que no se podía reproducir con el Neanderthal»; y por otro, la cacharrería tecnológica a la que acuden para dar rienda suelta a las emociones primarias. «El Google Earth es lo que más me ha sorprendido de la tecnología en los últimos años», sentencia el director catalán.

Para Zubin Mehta está siendo una experiencia creativa de primer orden. Pero ambos, director escénico y director musical, son sólo dos de las piezas sobre las que se sustenta un montaje que promete hacer historia.

Las otras son un reparto lírico impecable que incluye al barítono finlandés Juha Uusitalo (Wotan), el tenor alemán Peter Seiffert (Siegmund) y el bajo finlandés Matti Salminen (Fasot y Hunding), que ya participaron en el Fidelio que abrió la primera temporada del Palau de les Arts y que también dirigió Zubin Mehta.

Junto a ellos debutan en este escenario la soprano estadounidense Jennifer Wilson (que encarna a Brünnhilde), la contralto sueca Anna Larsson (Fricka) o el bajo danés Stephen Milling (Fafner y Hunding). «Hay tres generaciones de cantantes», enumera Padrissa: «Están los que lo han hecho desde hace años, la experiencia, que aporta un savoir faire; nombres de actualidad y gente joven que canta por primera vez a Wagner».

Mehta se encuentra desde marzo afrontando los ensayos de Das Rheingold (El oro del Rin) y Die Walküre (La valquiria), las dos primeras óperas de la famosa Tetralogía de Wagner que se estrenarán en el coliseo valenciano los próximos 28 y 30 de abril, respectivamente. Mientras, La Fura dels Baus ensaya desde el pasado 1 de marzo en la Sala Martín y Soler. La relación está siendo prolífica. «Hay una conexión muy buena, casi mística. Noto que me está ayudando», apunta Padrissa.

¿Y alguien como él, que forma parte de una de las compañías más prestigiosas del mundo, necesita apoyo? «Como creador tienes siempre tus momentos de duda», admite. «En parte es lo que nos gusta de este trabajo, lo que nos engancha, lo que nos pone. Es la atracción del abismo», dice citando a su buen amigo Rafael Argullol. «Es como cruzar un semáforo en rojo. Cuando lo haces te pones como un torero, midiendo la velocidad del otro [el coche]», relata. «Este acto es el que procuramos tener incluso con el público». Así pues, una entrada a la Tetralogía es una invitación a pasar el semáforo en rojo.

El proyecto está pensado. Bien pensado. Desde hace siete años. La primera conversación con Helga Schmidt, intendente del Palau de les Arts, fue en 1999. La Tetralogía se programó inicialmente para 2003. Desde 2000 comenzaron a trabajar en ella. Franc Aleu, encargado de las videocreaciones, ha diseñado con un equipo de 20 personas, durante 9 meses, el sistema audiovisual. Las imágenes de síntesis no las combina un técnico, sino un pianista que, siguiendo las indicaciones de Mehta, interpreta en un piano las órdenes que permiten ver sobre las pantallas las creaciones de Aleu. Ejemplos: el arranque del tercer acto es una aproximación al planeta por Google Earth, introduciéndose en el interior de la tierra, donde los dioses son virus. «Como los dioses están con los astros, los hemos mezclado con los virus. Nunca sabe si estamos en un macromundo o en el microcosmos», explica Aleu.

Pero no está todo medido. Advierte Padrissa: «A la intuición hay que dejarla libre». De hecho, Wagner exige que se escuche con oídos limpios, casi de idiota, recuerda Padrissa citando al crítico valenciano Eduardo López-Chávarri. Invocando a la provocación, el vestuario hará que algunas de las cantantes y actrices vayan en top less. «Esto va a dar de sí. Tengo ganas de verlo. También tengo cierto miedo a la reacción del público, porque estamos haciendo algo demasiado moderno. La pelea que tengo con Aleu es parar los vídeos, ralentizarlos para que los pueda ver la gente de la ópera», bromea.

Con todo, cita a la audiencia a dejarse llevar. «Con Wagner hay que tirarse a la piscina. Hay que cruzar el semáforo en rojo. Dejarse llevar por el fluido, flotar. Por eso hay wagnerianos y no wagnerianos. Y los wagnerianos son un poco idiotas, que se dejan emocionar, llevar, que se zambullen y les da igual que dure cuatro, siete o 15 horas. Con Wagner hay que hacer como con un marisco, chuparle hasta la cabeza», concluye.

Padrissa recorre el escenario y señala los yunques que se están instalando sobre unas barras. Los probaron por primera vez ayer tarde. «Los hemos incorporado como elemento musical. Los accionará un músico», explica. ¿Y Mehta? ¿Qué dice Mehta? «Está encantado», asegura. Ha llegado la primavera a Valencia. Hace calor en el Palau de les Arts. Padrissa se quita el suéter de lana y deja ver una camiseta típicamente neoyorquina con la Virgen de Guadalupe. Suena su móvil. Son su hija y su suegra. Le llaman para felicitarle. Es su 48 cumpleaños. Padrissa se mueve de un lado a otro del escenario. Después, cuando habla, transita su hiperactividad a las palabras. «La escenografía que presentamos aquí es para las cuatro [óperas]», explica. «Es más caro, pero ya lo tenemos, lo vamos a rentabilizar mucho más».

'El oro del Rin' se representará en el coliseo valenciano los días 28 de abril y el 3, 7 y 12 de mayo, mientras que 'La valquiria' se representará el 30 de abril y los días 5, 10 y 14 de mayo. La tercera, 'Sigfrido', la temporada que viene y 'El Crepúsculo de los dioses' subirá al escenario al final de la 2008-2009. La 'Tetralogía' se repondrá en la temporada 2009-2010. Este 'El anillo del Nibelungo' está coproducido con el Maggio Musicale de Florencia. Tiene un presupuesto de tres millones de euros, pagados entre Florencia y Valencia. Se emplearán vídeos que envuelven, con un sistema de alta definición, de una calidad tres veces superior al HD, explica Franc Aleu. Junto al vestuario de Chu Uroz, las videocreaciones de Aleu y el equipo Urano son parte de este montaje que tendrá a cantantes que volarán por encima del público, pantallas de 18 metros, imágenes extraídas de 'Google Earth', más de 40 actores, peceras, jaulas... Un desafío de primer orden.

«Es más complicado técnicamente y viendo cómo ha ido, lo hubiera pensado», reconoce Padrissa. «[A los técnicos del Palau de les Arts] les ha costado arrancar. Ha habido muchos problemas típicos de empezar, pero como los tuvieron en el Liceo y como los tuvieron en otro sitio, pero el equipo de aquí es maravilloso. Se están dejando la piel. Han puesto el listón muy alto con dos óperas de 'El Anillo...' en la primera temporada, aunque es que no paran, tienen la ilusión. Son gente joven. Están poniendo todo. No me puedo enfandar porque no haya algo, porque aquí hay gente que no duerme».