MADRID. - La banda sonora del Portugal moderno tiene en The Gift a uno de sus baluartes más indiscutibles (con los emergentes Cindy Kat llamando cada vez con más fuerza a las puertas del cielo). Hay melancolía en ellos, por supuesto, pero el fado no asoma por entre sus pentagramas. Nada que ver, como ya han demostrado en numerosas ocasiones en España: casi 100 conciertos los avalan en su «segundo hogar».
El cuarteto liderado por los hermanos Gonçalves sigue encomendándose, cómo no, a la carismática Sónia Tavares como salvaguarda vocal. Y Fácil de entender (EMI), su nuevo disco, vuelve a testimoniar que su carácter resulta fundamental para que The Gift se haya consolidado como una formación de prestigio creciente. Tres flamantes canciones se suman a una reinterpretación de su rutilante pasado.
El álbum, otro éxito más del grupo en su país, llegará a las tiendas españolas el próximo 7 de mayo, pero la semana que viene ya se los podrá ver defendiéndolo en directo: el día 18 en Barcelona y el 20 en Madrid.
Las influencias conceptuales de Peter Gabriel, la heterodoxia de Björk (incluida su prehistoria al frente de Sugarcubes) y el cruce entre la electrónica y el rock continúan siendo sus señas de identidad. O sea, olvídense de los tópicos de la música lusa, como recuerdan ellos mismos: «Tenemos una portugalidad dentro, pero que puede ser muy colorida. Significamos una nueva forma de mirar Portugal. En el futuro, se podrá comprobar si hemos sido pioneros en ese sentido». Suena a pretenciosidad, sí, pero sus 13 años de trayectoria atestiguan que no se trata de ningún farol, que la coherencia deja atrás los atisbos de excesiva ampulosidad, que también los tienen.
Ellos sostienen que, en el intrincado y zigzagueante camino del rock de hoy, no deben desviarse de su propia dirección. «No puedes seguir a los demás, tienes que continuar por tu senda», explican con la solvencia de haberse curtido en festivales internacionales como las dos ediciones del Pop Komm en las que han participado: una en Colonia y otra en Berlín. También brillaron en la entrega de premios de la cadena de televisión musical MTV Europa hace dos años en Lisboa, donde se alzaron con el galardón a la mejor banda portuguesa.
Los componentes de The Gift nadan a contracorriente en el panorama discográfico del país vecino, donde se distinguen por ser unos verdaderos rara avis: cantan en inglés, no se alinean con las modas y apenas pueden hallarse propuestas similares.
Eso sí, Sónia Tavares eleva el tono para subrayar que, a diferencia de lo que ocurre en otros países europeos, «las bandas portuguesas no están obsesionadas por sonar como The Strokes».
Y no le falta razón a esta contundente mujer porque la diversidad estilística de los músicos que pululan por Lisboa y Oporto revela unos registros impensables, por ejemplo, en la música contemporánea española.
Mientras tanto, ellos abren las puertas del Clinic, el local que regentan en Alcobaça, a destacados nombres de la modernidad europea (Pop Levi, ex bajista del grupo británico Ladytron, será una de sus inminentes apuestas).
