MADRID.- Mañana, con la compra del periódico, el lector de EL MUNDO se encontrará con un regalo muy especial: la primera entrega de El Cossío. La nueva promoción cultural del periódico pretende ser un homenaje a la Fiesta nacional, heredera de las tradiciones mediterráneas y cristalizadora de una afición que se extiende dese Nimes hasta Lisboa y desde Tijuana hasta Lima.

Esta primera entrega, totalmente gratuita y corresponidente al tomo 4 de la obra, descubre las maravillas de la colección. En primer lugar, un diseño y una elaboración cuidados al detalle: más de 700 páginas, dentro de un formato manejable de 14 por 21 centímetros, lujosamente encuadernadas en geltex e impresas en papel estucado semimate de 90 gramos. En conjunto, la obra reúne con 12.500 ilustraciones, más de 1.000 dibujos con la totalidad de las divisas existentes, 8.700 fotografías, así como 3.800 grabados, litografías y caricaturas.

El tomo 4 es uno de los más atractivos de todo El Cossío, pues se centra en la figura del torero y en los principales aspectos de la lidia. Por ello, supone una buena introducción en este mundo.

Desde las primeras páginas, ese puede descubrir cómo el personaje del torero, tan familiar hoy en día, es el resultado de muchos siglos de evolución, en los que no siempre contó con el agrado popular ni tampoco de la afición. Asimismo, su indumentaria ha variado notablemente con el paso del tiempo. De los primeros jinetes que se atrevieron a retar a los morlacos se pasó a los toreros de a pie que tan bien retratarían Francisco de Goya y J. B. Bécquer, con sus redecillas del pelo. De ahí se pasaría a los vestidos de luces y a las monteras, cuya evolución también recoge el libro: desde las del siglo XIX, enteriores a la reforma de Paquiro, a las de comienzos del XX, para acabar en las actuales, mucho más estilizadas.

Todo esto es aplicable también para las mujeres que se han puesto con un capote delante de un toro. Y es que El Cossío presta especial atención a las mujeres toreras, Nicolasa Escamilla, La Pajuelera que dibujase Goya, hasta Conchita Cintrón y Juanita Cruz. Incluso se incluye un dossier dedicado al arte taurino femenino de la actualidad.

Ya metidos en la lidia, el tomo sigue, a modo de línea cronológica, el desarrollo de una corrida de toros. Todo empieza en los patios, donde se realiza la prueba de caballos. A continuación llega el reconocimiento, sorteo y apartado de los toros. De ahí se pasa al enchiqueramiento del morlaco, en el que se le coloca la divisa o moña.

El despejo de la plaza, realizado por los alguacilillos, es un reducto de las antiguas celebraciones taurinas, celebradas en plazas públicas y abiertas. Debido a la afluencia de público, se hacía necesario despejar de gente el lugar en el que iba a salir el toro, para garantizar unas condiciones mínimas de seguridad. Ya el propio Quevedo recoge este hecho, como muestra este poema recogido en el primer tomo: «Como velilla en linterna / me fui derecho a la plaza / al tiempo que a coscorrones / tocaban las alabardas».

A continuación se pasa a explicar el orden de la lidia, siguiendo los tercios tradicionales, aunque con menciones a los antiguos ordenamientos. El primer tercio o de pacas se basa fundamentalmente en la suerte de varas, que ejerce el picador y que tiene por finalidad el castigo y quebranto del toro. El segundo tercio, o de banderillas, tiende a reanimarle o alegrarle, excitándole sin restarle fuerzas. En el tercer tercio o de matar se comprende la preparación del toro con la muleta y su muerte a estoque. Todo acaba con el arrastre del toro muerto o, en el caso de ser un ejemplar excepcional, con el indulto.

No podía faltar un listado con todos los utensilios (rejones, estoques, banderillas, etcétera) utilizados en las corridas.

En esta primera entrega también se hace un análisis histórico-técnico del toreo y sus suertes. Desde el principio del toreo, se sabe que las reses acometen de una forma especial, como recoge Diego Ramírez de Haro en su tratado De las formas de torear a pie y a caballo, fechado en el siglo XVI: «Arremete el toro con tanta pujanza que, en la carrera no se puede detener, y cuando llega al encuentro cierra los ojos, que son dos faltas muy grandes para ejecutar lo que quiere, y de mucho provecho para el que espera, pues que con tanta facilidad le puede hurtar el cuerpo, que, aunque conozca el engaño no le queda soltura para poder revolver, y cuando lo hace hay mucho lugar para lo que se quiere hacer».

La codicia, la arboladura, la embestida, la facilidad para el derribo, la querencia... todas las caracterísiticas del toro en la plaza quedan igualmente catalogadas, antes de pasar a hablar de los distintos comportamientos del toro en los diferentes terrenos, ya se trate de los medios (el centro de la plaza), los tercios (hasta la línea de los picadores) o las tablas (la zona más próxima al graderío).

A partir de ahí, el libro dedica más de 200 páginas a hablar de las diferentes suertes, ya se trate de capa, de banderillas, de toreo con muleta, estocadas de recurso y suertes de picar. El lector verá pasar ante sus ojos un catálogo de figuras mágicas y repletas de arrobo: la verónica, la navarra, gaoneras, la suerte de topacarnero, el quiebro, banderillas al cuarteo entrando de frente, el pase natural, el pase cambiado, el volapié, el irse a portagayola o la estocada a la media vuelta, por citar sólo algunas.

Resulta igualmente interesante el apartado dedicado a las suertes en desuso, como el despeño de los toros, la suiza, los dominguillos, la lanzada a pie, los saltos, el montar los toros, el desjarrete y media luna o las modalidades que no son estrictamente toreras , como el bombero torero o el uso de perros.

El tomo acaba con dos partes muy importantes para comprender la evolución. La primera es una historia de la preceptiva taurina, a través de las obras más significativas en la posterior evolución de la lidia. Libros de jineta, reglas de torear a caballo y tauromaquias diversas se agrupan aquí, para deleite del aficionado a los toros y la Historia.

Por último, se incluyen unas páginas que distinguen las diferentes clases de fiestas de toros (de las funciones reales a las corridas y novilladas) en las distintas regiones de España, Portugal, América y Francia.

Las siguientes entregas siguen con este recorrido, por las diversas facetas del toreo. Así, el tomo 1, que se pone a la venta el domingo 22 de abril, cuenta con un abundante vocabulario y anecdotario taurino, a modo de carta de presentación de este arte.

Los tomos 2 y 3 están dedicados al toro bravo, a todos los aspectos zoológicos, morfológicos y de comportamiento del animal que protagoniza la Fiesta. En estos volúmenes se detallan todos los encastes, los diferentes tipos de cornamentas y colores, y la biografía del animal, desde que se escoge a su madre en los tentaderos hasta que sale a la plaza, pasando por su vida en la dehesa y su relación con el mayoral.

El tomo 5 es de contenido histórico, mientras que el sexto se dedica al reglamento y las plazas de toros. El séptimo hace un recorrido por las tradiciones taurinas fuera de España, con atención a las ganaderías, plazas famosas, toreros triunfadores (César Rincón, Sebastián Castella, Joao Moura) e historia de cada uno de los países mediterráneos (Portugal y Francia), latinoamericanos (México, Ecuador, Colombia, Venezuela, Perú) y hasta eslavos (Rusia, Georgia, Armenia).

Los siguientes tomos recogen las relaciones entre la literatura y el arte con el mundo de la lidia. Y la segunda mitad de la colección aporta un inventario biográfico de los grandes nombres del toreo.

La colección que presentan ahora EL MUNDO y Espasa supone una oportunidad única para conseguir la obra por antonomasia del toreo, y a un precio único.

Gracias a los cupones de descuento que se publicarán en el periódico, el lector podrá conseguir la obra completa con un ahorro total de más de 1.400 euros respecto al precio del mercado.

Miles de personas podrán disfrutar así de la 'biblia' del toreo, de una obra titánica fruto de años de investigación, en la que volcaron sus esfuerzo autores como Miguel Hernández, y que se ha ido enriqueciendo a lo largo de seis décadas hasta llegar a la veintena de volúmenes que ahora llegan a los quioscos.

Como explicaba el crítico Javier Villán en su perfil de Jose María de Cossío, publicado hace unos días, «una ingente documentación y una pléyade de prestigiosos escritores han convertido a 'El Cossío' en punto de referencia inexcusable para todo el que se precie de saber algo de toros. José María de Cossío tenía una visión totalizadora y esa planificación sigue siendo válida. Esta reedición se atiene a lo publicado».

Por este motivo, resulta muy sencillo engancharse a una colección tan útil para taurófilos como iluminadora para antitaurinos, debido a su capacidad para ilustrar la realidad de la Fiesta desde una posición didáctica y carente de prejuicios.

Para más información, se puede consultar la página web 'http://www.elmundo.es/promociones/toros_cossio', o bien llamar al teléfono de atención al suscriptor 902 99 99 46.

Uno de los principales alicientes de la colección es que ofrece una versión de El Cossío completamente actualizada a abril de 2007. Así, en sus páginas conviven los genios del pasado, como Antonio Bienvenida, Belmonte, El Gallo y Manolete, con las últimas revelaciones de los cosos, como El Juli o Sebastián Castella. El aficionado podrá comprender mejor la evolución de las diferentes suertes y formas de torear, desde los saltos con garrocha a los últimos adelantos tecnológicos utilizados en la retransmisión de las corridas.

El Cossío tiene un claro componente artístico, no sólo con que ha sido redactado y diseñado. La abundancia de dibujos, fotografías, grabados y poemas resalta las conexiones que siempre ha habido entre el arte del toreo y el resto de las artes. Los escritos de Moratín, la Tauromaquia de Goya, los poemas de Miguel Hernández y Federico García Lorca, las novelas de Ernest Hemingway, las películas de Wadja o las fotografías y dibujos de Robert Ryan así lo demuestran. Ellos también contribuyen a hacer de este Cossío una obra inmortal.

En su afán por ser una obra global y completa, El Cossío recoge todas las tradiciones taurinas existentes en el mundo, más allá de las corridas de toros. Desde los encierros de los Sanfermines a los bous al carrer catalanes, España cuenta con muchas variantes de la fiesta mediterránea en honor al toro. Lo mismo sucede en Portugal, donde, además de celebrar unas corridas que difieren de las españolas (tanto en la indumentaria de los toreros como en la ausencia de muerte del toro) se dan otro tipo de celebraciones, como los forçados (en la foto).