C. E. CARBAJOSA / J. ALCAIDE
Se acabaron rumores y deseos convertidos en utopías. Cristiano Ronaldo disipó dudas, olvidó las ofertas lanzadas por el Real Madrid y decidió renovar por el Manchester United, club con el que ya tenía contrato hasta 2010 y en el que permanecerá hasta 2012. A sus 22 años y elevado ya a la categoría de indiscutible estrella mundial, el delantero portugués se ha garantizado unas ganancias de casi ocho millones de euros netos por temporada. Superará así a los jugadores mejor pagados hasta ahora en su club, el defensa Rio Ferdinand y el atacante Wayne Rooney, que rozan los seis millones por campaña.
Jorge Mendes, agente del jugador, maniobró con soltura y consiguió el gran premio para su representado. Durante muchos días lanzó el anzuelo del claro interés del Madrid, un club necesitado de mostrar un rostro mediático después de una temporada en la que, pese a que todavía puede acabar como campeón de Liga, se ha significado por su fútbol plano. Para romper el tedio y reactivar ilusiones, el rostro de Cristiano fue el elegido como reclamo. Mendes se dejó querer, hizo públicos sus contactos con el club blanco y forzó al United para que se lanzara al ruedo y dejara claras sus intenciones de atar al delantero, que en medio de tanta algarabía está firmando una temporada memorable.
Tanto los dueños del club, los hermanos Glazer, como su legendario técnico, Alex Ferguson, vieron claro desde el primer momento que para hacer un Manchester grande y estable durante los próximos años era inexcusable mantener en la plantilla al gran ídolo de Old Trafford. Ayer se dio carpetazo al asunto con el anuncio público de la renovación. Las palabras de Ferguson reflejaron su gran satisfacción por el desenlace: «El jugador considera que su capacidad de crecimiento aún no se ha detenido y que el Manchester es el lugar indicado para progresar y ganar títulos. Estamos felices por ello».
El propio Cristiano explicó las razones de su decisión: «Agradezco el interés que algunos clubes han tenido en mí, pero creo que he tomado la decisión adecuada. Sigo creciendo en un club ganador, rodeado por grandes compañeros y con unos técnicos que me permitirán seguir desarrollándome. Hablé con el técnico y con el director deportivo, David Gill. Ellos siempre tuvieron claro que mi única opción era quedarme aquí. Tenemos mucho que hacer en todas las competiciones».
De momento, el reto de Cristiano y de su equipo es ganar la triple corona y repetir así la gesta de 1999, cuando el Manchester se proclamó campeón de Liga, Copa de Inglaterra y Copa de Europa. Hoy juega las semifinales de la Copa ante el Watford, es líder en la Premier y en las semifinales de la Champions se enfrentará al Milan.
En el club blanco lanzaron el órdago por el portugués y hasta se filtraron cifras, como los 80 millones de euros que estaría dispuesto a pagar. Después de que Ramón Calderón no pudiera cumplir las promesas de Kaká, Robben y Cesc, se contempló esta opción como la mejor para devolver la ilusión. Pero será imposible, aunque algunos, como Capello, se lo tomaronn ayer con humor: «Si los periodistas decís que no voy a seguir el año que viene no sé por qué me preguntáis mi opinión sobre Cristiano», ironizó.
A partir de ahora, todo apunta a que la maquinaria se pondrá en marcha para que se vuelva a hablar de Kaká o para que surjan otros nombres como los de Ibrahimovic o Rooney. Pero lo que sí parece cierto es que el de Cristiano ya no aparecerá.
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