FRANCISCO NUÑEZ
MADRID.-
El ministro de Economía, Pedro Solbes, ve el dato de inflación de marzo, que ha repuntado una décima (hasta el 2,5%), como «una buena cifra, aunque peor de lo que esperábamos porque ha bajado la inflación subyacente en tres décimas», y ve el objetivo anual previsto del 2% como «un vaso medio lleno». Mientras, la CEOE advierte que el mercado del petróleo «podría presionar al alza los precios y limitar la desaceleración esperada para este ejercicio y frenar nuestro diferencial con Europa» y los sindicatos advierten que el mal comportamiento de los precios internos lastra la competitividad y que debería cambiar el modelo de crecimiento económico, basado en el consumo y en la preponderancia del sector servicios, para corregir la inflación. En este sentido, el secretario ejecutivo de Economía y Empleo del PP, Miguel Arias Cañete, considera que el repunte del precio del crudo puede producir «una desagradable sorpresa» en forma de un repunte del Indice de Precios de Consumo (IPC).
Cruda realidad
El caso es que ante la falta de una política económica antiinflacionista activa, la subida o baja de los precios del petróleo son los que determinan el mayor o menor repunte de la inflación. Es cierto que ahora el precio del barril de crudo ronda los 70 dólares, pero su efecto debería ser menor sobre los precios ya que el euro cotiza al alza (1,35 dólares en la actualidad).
El IPC subió en marzo el 0,8%, lo que situó la inflación acumulada en el 0,1% y la tasa interanual en el 2,5%, una décima más que en febrero. La energía (el petróleo) ha tenido la culpa y en menor media el alza de los precios de los alimentos frescos. Los grupos más inflacinistas han sido el vestido y el calzado, (han subido un 3,4% por el inicio de la temporada de primavera y el fin de la rebajas), así como el transporte (un 1,5% más por el alza de los carburantes), y los alimentos y bebidas no alcohólicas (un 0,4% más por el encarecimiento sobre todo de los pescados y el pollo). La única buena noticia es la reducción de la inflación estructural que reduce nuestro diferencial con la UE en una décima.
CCOO advierte que las «complacientes» declaraciones de Zapatero sobre la economía «no se ajustan» a la preocupación que refleja el «mal estado de los fundamentos económicos del país y le achaca transmitir a la ciudadanía un mensaje 'excesivamente optimista'». El presidente del Gobierno hará su balance económico el lunes. Según la vicepresidenta primera, María Teresa Fernández de la Vega, «ofrecerá datos elocuentes en lo que será un buen balance».
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