El Gobierno cargó ayer con dureza contra el PP por los atentados del 11-M, a cuenta de lo que hace desde la oposición y, sobre todo, por lo que obró en los días siguientes a la masacre, cuando José María Aznar era presidente y Angel Acebes ministro del Interior.
La vicepresidenta primera, María Teresa Fernández de la Vega, se adhirió ayer al comunicado del PSOE de la víspera y dio por hecho que el Gobierno del PP mintió en esos días y que los testimonios que se han oído hasta ahora en el juicio lo han demostrado, como ocurrió en la Comisión parlamentaria de Investigación.
Según su tesis, desde el principio quedó claro que fue un atentado islamista y no hay ningún dato que haya hecho cambiar esta deducción. Además, el Ejecutivo y el PSOE han encontrado una vía de desgaste del PP con la actuación del ex director general de la Policía, Agustín Díaz de Mera, en el juicio.
«Todo apunta, y cada vez resulta más evidente, que el Gobierno del PP en aquellos días no dijo la verdad, ocultó datos y retrasó la información», aseguró la vicepresidenta.
La número dos del Gobierno diferenció entre el plano judicial y el político. Del primero manifestó que se debe «dejar trabajar al tribunal para que haga su trabajo en un juicio que debe tener el mejor entorno de serenidad»; y, según ella, así lo hace el Ejecutivo.
«Con respecto a los acusados, los testigos y el procedimiento, el Gobierno respeta escrupulosamente las competencias y, desde luego, a diferencia de lo que a veces ocurre con otras personas, ni interferimos ni vamos a interferir», añadió.
En la vertiente política incluye la seguridad de que el Partido Popular, con Aznar y Acebes a la cabeza, mintió y sigue mintiendo respecto a la autoría del atentado.
Incluso, dio un paso más allá y pidió al primer partido de la oposición que «deje de entorpecer y empiece a colaborar con los tribunales y la acción de la Justicia, para que el juicio se desarrolle de la mejor manera posible».
El único matiz con el comunicado del PSOE es que éste parecía sugerir que hay que exigir responsabilidades a los actuales dirigentes del PP por lo que hicieron en 2004, mientras que Fernández de la Vega matizó ayer que «las responsabilidades políticas se dilucidan en las urnas».
Por otra parte, la vicepresidenta intentó no dar imagen de alarma ante la posibilidad de se produzcan nuevos atentados islamistas en España, tras los que han tenido lugar en el Magreb esta semana.
«Alarmismo no, realismo sí, miedo ninguno, precauciones todas», aseguró.
Según señaló, el Ejecutivo «nunca» ha bajado la guardia ante la amenaza de que España sufra un nuevo atentado del terrorismo islamista, e indicó que «trabaja» para disponer de los «mejores medios» y «recursos» para «prevenir» ataques de este tipo.