LANGREO (ASTURIAS). - Un incendio en los pozos María Luisa y Sotón de Hunosa, en Langreo (Asturias), provocó ayer una inmensa nube de humo que afectó al menos a 139 personas, en las localidades de Sama y Ciaño, que tuvieron que ser atendidas por intoxicación. El siniestro se produjo al arder la cinta de goma que transporta el carbón al lavadero, donde se depura el mineral. La humareda, muy irritante, era similar a la que produce una barricada de neumáticos.
El incendio se declaró a las 8.00 horas, en la cinta de la planta 10ª de la explotación, a unos 550 metros de profundidad, por razones que aún se desconocen. La Brigada de Salvamento Minero procedió entonces a desalojar a los trabajadores que se encontraban en el interior, unos 150 en aquel momento, y en las inmediaciones de la mina, aunque ninguno resultó lastimado. Sí hubo heridos entre el personal sanitario y los vecinos.
El problema se agravó con el clima. La falta de viento no facilitó la dispersión del humo que durante toda la mañana cubría toda la zona. Por ello, el Principado se vio obligado a activar el Plan Territorial de Protección Civil en su nivel 1, pasando a última hora a nivel 2, de mayor gravedad, y a crear un gabinete de crisis.
A medida que iba avanzando el día, y aunque la situación mejoraba gracias al viento y a la lluvia, eran más los vecinos que se veían obligados a abandonar sus casas, ya que las recomendaciones de Protección Civil de cerrar puertas y ventanas no habían servido de mucho y el humo y el olor seguían. De hecho, algunas calles tuvieron que ser evacuadas por completo, y casi todos los comercios cerraron sus puertas durante casi toda la jornada.
También tres centros educativos suspendieron sus clases. A la hora de cerrar esta edición, alrededor de 700 personas habían sido evacuadas. Las comunicaciones entre las localidades afectadas, Ciaño y Sama, se vieron suspendidas por la carretera AS-17, la principal arteria que une ambas poblaciones, para facilitar los traslados en ambulancia.
El número de personas intoxicadas por monóxido de carbono, la mayoría de edad avanzada y con problemas respiratorios, obligó a la instalación de un hospital de campaña en la zona menos afectada por el humo, donde fueron atendidos casi todos los heridos que llegaban con dolores de cabeza, picor en ojos y garganta, vómitos y mareos.
El consejero de Seguridad Pública, Francisco J. García Valledor, aseguró que la situación había estado en todo momento controlada, a pesar de que en varias ocasiones hubo rumores de que el incendio se había reavivado. De todos modos, el plan de Protección Civil seguirá activado hasta que se dé por extinguido el incendio en el pozo, donde trabaja la Brigada de Salvamento.
A última hora de ayer continuaban las labores para construir un tabique que cortara la aportación de viento y oxígeno en la zona donde se originó el incendio y lograr así extinguirlo, según confirmaron fuentes de los sindicatos mineros. Además, Hunosa anunció a primera hora de la noche que inundaría el Pozo María Luisa para intentar apagar los dos focos activos del fuego. Una vez que se haya conseguido, comenzará la investigación. La empresa señaló que desconoce cuándo podrá reanudarse la actividad en el pozo.
Durante todo el día se realizaron constantes mediciones de monóxido de carbono, cuyos resultados fueron paulatinamente bajando, salvo en zonas cerradas, como viviendas y garajes, donde continuaban siendo elevados.
Precisamente por ello, muchos vecinos no pudieron pasar la noche en sus casas. A pesar de la difícil situación que se vivió en la zona, casi todos los afectados coincidieron en señalar que la actuación de los Cuerpos y Fuerzas de Seguridad había sido «rápida» y «efectiva».
