JAVIER BORRAS
VALENCIA.-
El juez de Primera Instancia e Instrucción Número 3 de Alzira decretó, a primera hora de la tarde de ayer, el ingreso en prisión comunicada y sin fianza para los padres del bebé fallecido en esta localidad. El juez ha abierto una causa penal por los presuntos delitos de homicidio y posibles malos tratos a la pareja detenida por su implicación en la muerte de su hijo de cinco meses, cuyo cadáver fue hallado ayer con hematomas y signos de violencia en el domicilio familiar.
Los dos implicados declararon ante el juez durante la mañana de ayer. Tanto la madre, de 27 años, como su compañero sentimental -del que no se ha precisado si es el padre del menor-, de 30 años, manifestaron que habían consumido drogas, aunque fuentes policiales aseguraron que no se encontraron restos de estupefacientes en la casa. La propia pareja fue la que llamó a Urgencias alrededor de las 11.00 horas del jueves.
Fuentes próximas a la investigación informaron de que el menor «presentaba heridas externas previas a la muerte», aunque los resultados de la autopsia todavía no se han hecho públicos.
Los agentes del Cuerpo Nacional de Policía de Alzira realizaron una minuciosa inspección ocular y tras sospechar que los propios padres podrían haber sido los causantes de las lesiones, éstos fueron arrestados. Varios vecinos aseguraron que las discusiones entre la pareja eran frecuentes. Apuntaron que la propia Policía conocía la situación ya que visitaba asiduamente la casa para mediar en esas disputas. Asimismo, indicaron que el departamento de Servicios Sociales del Ayuntamiento de Alzira conocía las circunstancias de la familia. La madre del menor tiene otro hijo, de cinco años de edad, que vive con su abuela, por lo que la situación, según los vecinos, «no es demasiado clara».
Los residentes apuntaron, incluso, la posibilidad de que el bebé fallecido no estuviera inscrito en el Registro Civil. Fuentes policiales informaron que el pequeño no había sido inscrito todavía, aunque explicaron que en la vivienda encontraron los papeles para hacerlo.
La bisabuela del pequeño Guillermo declaró que nunca vio que el niño hubiera sido maltratado y que, si lo hubiera sabido, ella misma lo habría denunciado: «Cuando he ido a la casa de mi nieta nunca he visto que le hayan pegado, he visto que el niño estaba bien», afirmó.
Los vecinos se quejaron de las continuas riñas entre la pareja a altas horas de la madrugada, que no les dejaban dormir, y relataron que hace un mes tiraron las puertas de la casa abajo durante una de las refriegas.
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