El juez titular del Juzgado número 1 de Ciudad Rodrigo (Salamanca) decidió hace 10 días retirar de forma temporal la custodia de Diego L.B., más conocido como el niño del Royo, a su madre biológica, Margarita Bernal, quien la había recuperado por decisión de la Audiencia Provincial en noviembre de 2002.
El titular del Juzgado de Ciudad Rodrigo ha adoptado esta decisión temporal después de comprobar que el pequeño incurría de forma habitual en absentismo escolar y vivía en una situación de desamparo.
Fueron los responsables del colegio público San Francisco, al que acude desde hace tres años, los que decidieron dar aviso al juez de la situación en la que vivía el niño, que habitualmente llegaba tarde a clase. También su madre se retrasaba a la hora de recogerlo.
Tras comprobar la veracidad de la información, el juez decidió retirar de forma temporal la tutela a la madre y trasladar al menor al centro de acogida María Dolores Pérez Lucas, de Salamanca, para que tenga un ritmo de vida normal hasta que adopte la decisión definitiva sobre la situación que vivirá el pequeño en los próximos meses.
Diego L.B., que en la actualidad tiene ocho años, lleva viviendo en este centro desde hace siete días aunque recibe la visita de su madre de forma diaria. Es el mismo en el que ha vivido en las ocasiones anteriores cuando ha tenido que estar alejado de su progenitora por decisión judicial.
Desde su ingreso en la casa María Dolores Pérez Lucas de Salamanca, Diego L.B. lleva un ritmo de vida normal, asiste diariamente al colegio y realiza las actividades habituales para un niño de su edad, según confirmaron fuentes de la Junta de Castilla y León en Salamanca.
Margarita Bernal, la madre biológica del pequeño, sufre un trastorno bipolar, una enfermedad que se caracteriza por la alternancia de periodos de euforia con otros de depresión, mientras que el padre del menor, Luis Lucas, se encuentra internado en un centro psiquiátrico debido a la esquizofrenia que padece desde hace años.
Desde que la Audiencia Provincial de Salamanca decidiera concederle la custodia a Margarita Bernal, en noviembre de 2002, los servicios sociales de la Junta siempre han estado colaborando con ella, siguiendo las directrices de la Ley de Protección del Menor, para vigilar el desarrollo del pequeño, que, salvo algunos incidentes protagonizados por su madre, llevaba varios años viviendo en un anonimato casi completo.
Entre esos incidentes destaca el ocurrido a finales de 2003, cuando fueron encontrados ambos en el Metro de Madrid, al parecer, mendigando. Aun así, el juez decidió que Margarita mantuviera la custodia, aunque la condenó a pasar cinco fines de semana en la cárcel de Topas por los insultos proferidos contra el propio juez. Tras aquel incidente, Margarita Bernal decidió trasladarse a vivir a Ciudad Rodrigo, su localidad de nacimiento. Todos los movimientos de Margarita tenían que ser comunicados al juzgado y, por ese motivo, ha sido ahora el juez de Ciudad Rodrigo el que ha adoptado esta decisión.
La Junta de Castilla y León ha mantenido desde el principio que vivir con su madre, Margarita Bernal, no era «lo mejor» para el niño y ha intentado, en no pocas ocasiones, hacerse con la custodia del pequeño, aunque los tribunales siempre han rechazado sus recursos.
Diego se hizo famoso en 2000 cuando un juez decidió devolverlo a su madre biológica tras vivir durante 22 meses con una familia adoptiva de la localidad soriana de El Royo.
«Cuido muy bien a mi hijo y va al colegio»
J. M. B.
Margarita Bernal aseguró ayer que «no entiende» por qué el juez le ha retirado la custodia de su hijo. «Lo cuido muy bien, mejor que muchas madres». También negó que el menor viva en una situación de desamparo. «Diego va siempre al colegio y falta muy pocas veces», añadió.
Margarita aseguró que «los jueces se están equivocando» y que no les dejan vivir en paz. Asimismo, insistió en que está muy tranquila respecto a su comportamiento con el niño.
La madre de Diego afirmó también que «los psicólogos y los forenses están siempre encima, controlando cómo actúo». «Ellos no quieren ver que Diego es un niño normal y que no se le puede tratar como si fuera de algodón», añadió indignada.
El pequeño estudia segundo de Primaria y «saca muy buenas notas, porque le gusta ir al colegio, es muy sociable y es muy inteligente para la edad que tiene», comentó Margarita, antes de añadir que «siempre esta haciendo cosas, pinta muy bien y es muy perfeccionista».
Sin embargo, reconoció que al niño le «falla algo en su comportamiento familiar», pero no supo precisar qué es. Afirmó que en casa se comporta con «rebeldía, incluso a veces es agresivo, aunque no es malo», comentó.
Margarita cree que muchos de los problemas que tiene Diego proceden de «los cambios a los que le obligan [los jueces], teniendo que volver al centro», por lo que el niño se siente «muy presionado», apostilló.