Desde su lanzamiento en 2004, Renault ha vendido 450.000 unidades del Logan, cuyo precio oscila entre 7.000 y 9.000 euros en función del país en el que se vende. Con una gama que se va extendiendo a partir de la berlina original, el Logan es una pieza fundamental para que Renault cumpla en 2009 con su objetivo de aumentar en 800.000 unidades el volumen de ventas que tenía en 2006, cuando su actual presidente, Carlos Ghosn, llegó al cargo.

Considerado al principio un experimento, el Logan se ha convertido en un rival a batir por otros fabricantes como General Motors, Volkswagen o incluso Toyota, que no quiere descuidar el negocio de los coches baratos porque el bajo coste tiene seguidores tanto en los países pobres como en los ricos. De hecho, el Logan será el primer vehículo que importe España desde Marruecos porque la fábrica que suministra a España desde Rumanía no da ya abasto.

Tanto Toyota como la india Tata investigan ya el desarrollo de un coche «ultrabarato», iniciativa a la que Ghosn ya ha señalado que dará respuesta. Junto a la vía de los coches de bajas emisiones, la de los de bajo coste es otra de las grandes alternativas que explora la industria del automóvil para ganar volumen, con una previsión de 18 millones de unidades para 2012.

Por eso, una vez cumplida su etapa de lanzamiento en Europa, desde el próximo mes de mayo el Logan comenzará a comercializarse en Irán, India y Argentina. Ya en julio llegará a Brasil, donde contará con una versión movida por etanol, y posteriormente se venderá en otro gran mercado americano como es México. En este último caso, el Logan se comercializará bajo la marca Nissan, que se ha propuesto lanzar una ofensiva comercial basada en coches a precios baratos. La producción a la venta en México procederá de las fábricas del grupo francés en Brasil.