La derecha conservadora, en el poder en Polonia, fracasó ayer en su intento de endurecer todavía más la legislación en contra del aborto, que ya es una de las más restrictivas de Europa, al no lograr la mayoría necesaria para reformar la Constitución.
Los diputados rechazaron sucesivamente cinco enmiendas, propuestas por la extema derecha católica de la Liga de las Familias Polacas, el presidente conservador Lech Kaczynski y un diputado de su partido. Tres de las enmiendas han obtenido una mayoría simple de dos tercios de los votantes que requiere la ley fundamental.
Otra enmienda que pretendía que se instituyese «la dignidad del hombre desde la concepción» recibió, gracias a su vaga formulación, el mayor número de votos, 269, aunque eran necesarios 296 para su aprobación. La izquierda socialdemócrata y la mayoría de los diputados de la derecha liberal, también en la oposición, se manifestaron en contra de estas enmiendas.
Las organizaciones feministas temían que alguna de estas propuestas abriera el camino a la prohibición total de la interrupción voluntaria del embarazo. Actualmente el aborto no está permitido salvo en caso de violación, incesto o peligro para la vida de la madre, al igual que en caso de malformación irreversible del feto.
Polonia, Irlanda y Malta son los únicos países de la Unión Europea donde el aborto sólo se permite bajo estrictas condiciones. Portugal está en vías de liberalizar su legislación tras la reciente celebración de un referéndum.
La iniciativa de reformar la Constitución la tomó la Liga de las Familias Polacas (LPR), con el apoyo de la franja más conservadora de la Iglesia católica de Polonia, que encarna la emisora ultraconservadora Radio Maria. Tras sus dudas iniciales, el Episcopado polaco decidió apoyar el proyecto.
Protección al feto
Opuestos a una prohibición total de la interrupción voluntaria del embarazo, el presidente Lech Kaczynski y su hermano gemelo, el primer ministro Jaroslaw, intentaron retomar la iniciativa con sus propias enmiendas, con las que afirmaban querer impedir una eventual liberalización del aborto en el caso de que la izquierda regresara al poder.
Mientras que la extrema derecha deseaba inscribir en la ley fundamental «la protección de la vida humana desde la concepción hasta la muerte natural», los hermanos Kaczynski propusieron que se evitara «la degradación actual de la protección de la vida», con una protección legal del feto y una ayuda estatal a las mujeres embarazadas.
El debate ha levantado pasiones en Polonia. Varios miles de «defensores de la vida» se manifestaron a finales de marzo en Varsovia en un llamamiento de Radio Maria a favor de las enmiendas.
En sentido contrario, las organizaciones feministas y la izquierda organizaron protestas en las que reclamaban la defensa de los «derechos de la mujer».
Pese a las limitaciones legales, que rigen desde 1993, en Polonia es bastante fácil abortar. Los diarios publican anuncios donde se ofrecen «servicios ginecológicos completos». Según las organizaciones feministas, cada año se practican en Polonia unos 200.000 abortos clandestinos.