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| La independencia siempre fue mi deseo; la dependencia siempre fue mi destino (Paul Verlaine) |
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| Impresiones |
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| Inmigración ilegal: no dormirse en los laureles |
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Hace sólo tres días, la Organización Internacional para las Migraciones (OIM) pronosticó que el buen tiempo aumentaría «de forma considerable» la llegada de inmigrantes ilegales a las costas españolas. En los últimos dos días, han arribado a Canarias cuatro pateras y dos cayucos, con 246 sin papeles. El delegado del Gobierno en las islas considera que son casos puntuales. En efecto, las cifras indican que este año el fenómeno de la inmigración ilegal no alcanza los niveles de emergencia de 2006. A ello contribuye el aumento de la vigilancia a través del Frontex, la agencia que controla las fronteras de los países de origen de los cayucos y la ofensiva diplomática en Africa, con la firma de convenios de repatriación. Sin embargo, los precedentes indican que el Gobierno no debe dormirse en los laureles ni esperar a que sea demasiado tarde, como sucedió en el verano de 2006. Las 1.528 llegadas mejoran la situación, pero siguen siendo demasiadas. La gran asignatura pendiente consiste en mejorar el dispositivo Frontex -que cuenta con menos medios de los necesarios- a través de una mayor y mejor implicación de la UE en este fenómeno que afecta sobre todo a España. Hay otras dos circunstancias preocupantes. La primera es la vuelta de las pateras procedentes de las costas marroquíes, a pesar de los esfuerzos del Gobierno español por llevarse bien con Marruecos. Y la segunda, una reciente sentencia del Supremo que dificultará los procedimientos de expulsión, al establecer que el solo hecho de que un extranjero se encuentre en situación ilegal no basta para repatriarlo.
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