Llevan 91 semanas consecutivas sacando su protesta a la calle.La reivindicación de la llamada Plataforma Vecinal es clara: no quieren que el Centro de Asistencia y Seguimiento con sala de venopunción que está instalado en el Hospital de la Vall d'Hebron continúe en su ubicación actual.
Defienden que la zona no tiene usuarios naturales del equipamiento y que, por lo tanto, no está justificada su instalación. Antonio Mateo, su portavoz, llega a asegurar, incluso, que aceptarían el equipamiento si hubiera otros de las mismas características por la ciudad y se instalaran todos al mismo tiempo.
De momento, este paso no se ha dado. La única sala de venopunción fija es Baluard y el resto de CAS de los diferentes distritos no incluyen cabinas donde los heroinómanos puedan inyectarse su dosis.
Después de más de un año y medio manifestándose, sus protestas han ido a menos. De los 2.000 manifestantes de la primera concentración, en junio de 2005, un mes antes de que abriera el CAS, se ha pasado a las 100 del pasado miércoles. En medio también ha quedado un recurso contencioso administrativo contra la sala, desestimado.
Los vecinos de la zona basaron inicialmente sus protestas en la presumible atracción de toxicómanos y de traficantes a la zona y un consecuente aumento de la delincuencia. Pero nada de eso ha pasado. En el primer año de funcionamiento de la sala sólo 47 drogadictos la utilizaron y se registró menos de una venopunción al día, según los datos de la Agència de Salut Pública.Antonio Mateo reconoce «que no ha habido problemas hasta la fecha», pero se pregunta «si no habrán influido las protestas».
La última baza de estos vecinos parecen ser las urnas. En la página 'web' de la asociación puede verse un marcador que indica cuántos días faltan para los comicios municipales. Antonio Mateo asegura que no está prevista ninguna acción organizada para castigar al PSC, partido mayoritario en esa zona de la ciudad, pero advierte de que en anteriores citas electorales ya hubo una respuesta individual en ese sentido.
|