MIGUEL PANADÉS
GIRONA.-
El Akasvayu se cita esta noche con la historia (19.30 h., El 33). Lo hará ante su público, en su ciudad, ante un rival desconocido -el Azovmash ucraniano- y, por lo tanto, con el papel de favorito completamente asumido. Tras la exhibición realizada en la semifinal ante Estudiantes, el conjunto de Pesic no está dispuesto a dejar pasar la oportunidad de conseguir el primer título continental en la historia del club.
«Nunca suelen ganar los equipos que afrontan un Final Four como anfitriones. Basta repasar la historia y sólo encontramos un precedente: el Barcelona en la Euroliga 2003 ». Un crecido Pesic recordaba tras el partido de semifinales, con una mezcla de ironía y orgullo, su éxito al frente del Barça en un mensaje de seguridad emplazando a todos a disfrutar de la final.
Sobre el desconocido rival de esta tarde, Pesic avisaba ayer de las dificultades. «No es el Winterthur Barcelona o el Panathinaikos, pero sí un equipo que juega un baloncesto tranquilo desde la experiencia. Nadie espera que podamos perder esta final. Son peligrosos».
Fontajau se llenará hasta los topes. Girona vive esta nueva situación como un regalo tras tantos años ocupando papeles secundarios.Pesic se ha convertido definitivamente en ídolo para la afición y de ahí que sea recibido y despedido con ovaciones. Llega pues la hora de la verdad para un Akasvayu que está a un solo paso de hacer historia.
Por otro lado, el alero argentino Hernán Jasen regresó a Madrid acompañado del jefe de los servicios médicos del Estudiantes, Andrés Soriano, después de que se le diagnosticase una rotura del ligamento lateral interno de la rodilla derecha tras el partido disputado ante Akasvayu. Todo apunta a que el argentino, pendiente de nuevas pruebas médicas, se perderá lo que resta de temporada, en concreto seis jornadas en las que el equipo del Ramiro se jugaba el pase a los playoffs. El técnico colegial, Mariano de Pablos, confirmó con suma decepción la rotura del ligamento lateral de uno de sus mejores hombres.
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