Esta es la historia de un capitán de ejército agotado por la dureza de la guerra, de un líder aplastado por toneladas de responsabilidad, de un futbolista cuya salud no puede más.Es la historia de la enfermedad de Ronaldinho y Frank Rijkaard la cuenta así: «Todo empieza la temporada pasada. Fue muy larga, y al acabar hubo que preparar el Mundial y jugarlo. Eso, para deportistas de un nivel tan alto, puede ser demasiado. Luego el Barça planificó su temporada. Intentamos gestionar el trabajo de Ronaldinho para que gastara la energía suficiente, pero incluso en los amistosos Ronaldinho tiene que jugar porque lo exige el contrato».
En esta historia no hay final feliz, y con rostro afligido y pesadumbre en la voz, el entrenador lo narra así: «Su rendimiento ha hecho que hayamos podido seguir mucho tiempo de este modo, pero en el fondo no es bueno, porque ahora todos sus recursos se acaban. No tiene más fuerza y por eso está enfermo. Ha sido muy importante para el Barça, sobre todo cuando Eto'o y Messi han estado lesionados ha sido fundamental. Pero el cuerpo humano tiene límites y ahora él no puede más. Por eso lo más honesto ha sido hacerle un programa especial».
El protagonista de tan triste cuento paseó su tragedia ayer por el césped de La Masía. Cubierto con un chubasquero, Ronaldinho entrenó alrededor de 15 minutos acompañado de un balón y del preparado físico, Paco Seirul·lo. Qué diferente su situación, acostumbrado a las multitudes arrodilladas a sus pies; nada que ver su semblante serio, melancólico, con el que lo ha hecho el futbolista más famoso del planeta y el buque insignia del magno proyecto de Laporta.
Su rostro parecía querer ahuyentar las voces escandalizadas ante su aparente desidia por entrenar, por dejarse ver más en los actos publicitarios que en el trabajo. No ha habido parte médico, pero tampoco ha hecho falta. Ronaldinho, oficial y desde ayer visiblemente enfermo, contemplará el choque que debe mantener o apartar a los azulgrana del liderato desde la grada. La derrota del Real Madrid anoche en Santander restará un poco de tensión al choque.
Ante esa tesitura, Rijkaard ha querido hacer de la necesidad virtud. Esto es, comprobar el auténtico peso del brasileño en el equipo, saber si Deco, Messi y Eto'o son capaces de comandar el timón del -todavía- campeón de Europa en un momento tan complicado.«Echaremos de menos a Ronaldinho, sin duda. Es un jugador muy importante que ha tenido un rendimiento muy alto, y ahora toca trabajar y funcionar sin él. Será interesante ver cómo reacciona el equipo. No estará en el campo, ni podremos esperar a que resuelva el partido. A menudo Roni ha marcado la diferencia, y ahora es el momento de reaccionar». Rijkaard insistió en el hecho de espabilar, de sobrevivir sin el brasileño, lo que demuestra cuánto le valora el técnico y, al mismo tiempo, constituye un trato de favor que difícilmente sentará muy bien en un vestuario trufado de grandes jugadores.
Para enfrentarse al Mallorca, un rival manifiestamente inferior a los azulgrana, el técnico apenas pidió un par de compromisos a sus pupilos: «Hay que jugar con mucho orgullo, entrenar con la actitud correcta y hacer un buen trabajo». Quizá recordó Rijkaard lo de la actitud pensando en el descalabro de La Romareda, donde se acusó a los azulgrana de falta de entrega. Eso provocó un aviso público por parte de Eusebio que Belletti y Giuly criticaron.Rijkaard zanjó la polémica: «Sus palabras no han molestado en el vestuario. Funcionamos con autocrítica, y el staff técnico es la primera categoria para hacerla».
EL RETORNO
La gran oportunidad de Eto'o
Desde que llegara al Barcelona, Samuel Eto'o se ha empeñado en compartir trono con Ronaldinho. Unas veces ha reclamado su porción de gloria sutilmente, otras con cierta agresividad. Sin ir más lejos, el martes afirmó en un programa de televisión que «si un jugador se acomoda, por mí que se dedique a otra cosa», justo en el pico de las críticas a la presunta falta de compromiso de Ronaldinho, y también que «el gol es lo más importante, no los túneles o los sombreritos», en otra clara bofetada a su hermano.
Pues bien, ahora que Ronaldinho está enfermo y no jugará ni hoy contra el Mallorca ni el miércoles en la ida de las semifinales de Copa frente al Getafe, Eto'o tiene la oportunidad de asaltar el cetro que con tanta suntuosidad ocupa el brasileño. El sillón estará unos días vacío, y su ocupante además atraviesa el momento más bajo de la temporada.
No obstante, el camerunés tampoco está para grandes alardes verbales, pues hace una semana fue él quien estuvo en el ojo del huracán.Eto'o debía regresar a La Romareda, al lugar del que quiso marcharse por los insultos racistas de la grada. Ya se borró en el partido de cuartos de final de la Copa, y el pasado sábado volvió a hacerlo, bajo la justificación de una repentina tendinitis. Muchas miradas y comentarios suspicaces se posaron en él, y más después del naufragio del Barça. Hoy tendrá la ocasión de redimirse y lucir en exclusiva, sin nadie en la banda izquierda que eclipse su radiación.
No hay duda de que la presencia de Eto'o en punta de ataque aporta toneladas de aire al Barcelona. De los ocho partidos que ha jugado como titular, los azulgrana han ganado seis y han empatado dos.Y esos dos empates fueron contra Valencia y Real Madrid. Estos buenos resultados se explican, en buena parte, gracias a sus goles. El camerunés ha convertido ocho dianas. Con apenas 10 participaciones en Liga, es el segundo goleador del equipo por detrás de Ronaldinho y empatado con Leo Messi. / D. B.