Domingo, 15 de abril de 2007. Año: XVIII. Numero: 6328.
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 CRONICA
FORTUNA / EL MILAGRO DE LA PRIMITIVA
DE 1.200 EUROS AL MES A 26 MILLONES
EN MURCIA se ha producido el milagro de la Primitiva: Mari Carmen, ama de casa, y su marido, fontanero, han ganado una fortuna inimaginable, la más alta en España. Antes no podían ni pensar en dar 174.000 euros para el piso del hijo
VICTOR RODRIGUEZ

Recién aterrizados en el club de los 500 más ricos de España, Mari Carmen y Francisco todavía están tratando de encajarlo. Desde el pasado domingo 8 de abril, cuando ganaron 26 millones de euros en el Gordo de la Primitiva, apenas duermen y en el estómago les ha crecido una especie de estropajo que les impide comer.

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El lunes, el día siguiente a saberse euromillonarios, apenas lo pasaron con un yogur bebido, por aquello de no tomarse en ayunas las pastillas para la tensión que los dos tienen recetadas desde antes del premio. Y parecido fue el martes. «Fuimos a tratar de comer algo fuera», explica el otro Francisco, el cuñado, casado con la hermana de Mari Carmen, «y apenas probaron un par de caballitos [la denominación murciana de la gamba con gabardina, una gamba pelada y rebozada]. Todavía están en una nube y estamos todos un poco desbordados».

«Aún tenemos el susto en el cuerpo», aseguraba la propia Mari Carmen el pasado viernes en fugaz conversación telefónica con Crónica. «Es mucho dinero para una persona. A lo mejor hay alguien para quien es una minucia, pero para nosotros, que hasta ahora teníamos que ver cómo llegar a fin de mes...».

El premio, 26.214.521 euros exactamente, (más de 4.300 millones de pesetas) es el mayor que ha dado nunca Loterías y Apuestas del Estado. En tres ocasiones han tocado antes en España 45, 41 y 29 millones de euros, pero las tres veces ha sido en los Euromillones, en los que también participan franceses y británicos. De las loterías que se juegan sólo en España, estos 26 millones desplazan a los 24,9 millones que se llevó el único acertante, un malagueño, de la Lotería Primitiva del 20 de octubre de 2005.

En el seno de una familia humilde -él es fontanero; ella, ama de casa- y en una pedanía murciana de 3.918 habitantes como Monteagudo -casi un barrio ya absorbido por la capital junto a la autopista que lleva hacia Alicante- los 26 millones de euros han caído como un terremoto con epicentro en el número 13 de la Avenida de la Constitución de la localidad.

Allí, en la misma acera que dos de las cuatro oficinas bancarias del pueblo, está la pequeña papelería, librería y despacho de loterías de María Dolores Abellán. «Casi todas las semanas Mari Carmen solía jugar cuatro o cinco euros a la Primitiva», explica la propietaria entre periódicos, revistas, chucherías e imágenes religiosas. «El martes pasado vino por la mañana. Venía sólo a sellar la Primitiva, pero delante de ella había otra señora. Mi marido le dijo que por qué no echaba una apuesta al Gordo de la Primitiva, la señora le dijo que vale y Mari Carmen se lanzó también. Tiene gracia, porque su esposo no juega a la lotería, decía que nunca le iba a tocar...».

UNA ENTRE 31 MILLONES

Así que Mari Carmen se animó. Pagó su euro y medio de la apuesta, rellenada aleatoriamente por el terminal de ordenador de la tienda, y con sus seis números (10, 12, 28, 34, 42 y el 6 como clave) guardó el boleto en el monedero hasta el Domingo de Resurrección, día del sorteo.

Las posibilidades de que le tocara el premio máximo eran de una entre 31 millones... y salió.

«Aquí estamos muy contentos. Por haber dado el premio» prosigue Abellán, «y por quien se lo ha llevado, una familia que es de toda la vida del pueblo, muy humilde, muy sencilla y muy trabajadora».

Hija y nieta de monteagudeños, María del Carmen M. cumplirá 49 años en mayo. Su padre era un obrero de la localidad, trabajó como mecánico de motores para el riego en pozos y también en una planta que la Pepsicola tuvo en la zona. La mayor de tres hermanos, empezó a trabajar a los 13 años en una empresa, lo dejó y se casó hace casi 30 años con Francisco T. Madre de dos hijos, además de atender su hogar, limpiaba algunas casas varios días a la semana en Murcia para redondear el presupuesto familiar.

Su marido, Francisco, también sabe lo que es trabajar desde bien joven. Su padre se había ganado la vida en Monteagudo recogiendo limones y otros cítricos, siempre en las tierras de otros. Él, no, él era fontanero por cuenta ajena con un sueldo en los últimos años de unos 1.200 euros. Había empezado de adolescente y el pasado miércoles, tres días después del sorteo que le había hecho rico -el lunes y el martes fueron festivos en Murcia- aún se presentó, algo desconcertado, en su puesto de trabajo.

Acostumbrado a levantarse a las siete de la mañana y a coger su ciclomotor para ir a trabajar de lunes a viernes, fue su jefe el que a media mañana le dijo que si quería podía irse.

«Ahora, lógicamente, están en dejar de trabajar, asimilarlo y empezar a disfrutarlo», aclara Josefina, hermana año y medio menor que Mari Carmen.

CAFÉ Y COPA DE PONCHE

De los días en que le gustaba jugar al fútbol como lateral izquierdo en equipos de la zona, Francisco, que hoy ya no está tan delgado como entonces, guarda el mote de El sequito. Tira a hogareño, pero tampoco es raro, dicen en el pueblo, verle salir a dar una vuelta los fines de semana, a menudo en chándal, con su cuñado y tocayo Francisco. No fuma, no bebe y no se le conocen más vicios que su afición al fútbol -sobre todo las categorías inferiores de los chavales de la región- su café solo los fines de semana y, sólo de vez en cuando, la copita de ponche para acompañarlo.

«Por aquí vienen los dos cuñados casi siempre», explica el dueño del bar Puerto Rico. Dos máquinas tragaperras, suelo de terrazo, raciones de ensaladilla en una vitrina sobre la barra, unas cuantas paletillas de jamón colgando de la pared... Sin ningún rastro de lujo, el Puerto Rico de Monteagudo es uno de tantos entre los más de 200.000 bares que hay en España. «Son buena gente», prosigue el camarero. «No te voy a decir que no me hubiese dado más alegría que me hubiese tocado a mí, pero ya que ha tenido que ser a otro, está bien que haya sido a ellos. El otro día lo hablábamos. Es como si a cada uno de los que estamos en el pueblo nos tocase un millón de pesetas y aún les quedaban a ellos más de 400 kilos...».

La cantidad es tan grande que al matrimonio, poco dado a lujos, le va a resultar difícil encontrar en qué gastarlo. Recientemente, el área de banca privada del Santander publicaba un informe según el cual sólo 560 personas físicas en España tienen un patriomonio de más de 10 millones de euros.

Francisco tiene el mismo coche desde hace 20 años, un Reanult 19 rojo. «La verdad es que lo tiene muy pulcro; es muy cuidadoso con todas las cosas. Y el coche tiene muy pocos kilómetros», cuenta su cuñado. Pasa bastante tiempo encerrado en la cochera. Francisco iba a trabajar en moto y el matrimonio no es muy aficionado a los viajes.

La única salida larga que hasta la fecha han hecho fueron cinco días a Málaga en viaje de luna de miel y, en el caso de Francisco, los meses de servicio militar que pasó en Ceuta. «Cuando se les habla de hacer un viaje, ahora que tienen dinero, dicen que adónde van a ir que estén mejor que en casa», relata la hermana de Mari Carmen. «Si acaso, a algún sitio que les permita volver en el día». «A nosotros que no nos busquen en el Caribe», aseguran que ha dicho Mari Carmen estos días.

«Seguramente cambien de coche», añade Francisco. «Pero tampoco nada espectacular. Mi cuñado dice que le gusta el Volkswagen Passat. Turbodiésel. Y en broma le decimos: "Sí, eso, diésel, no vaya a ser que no tengas para pagar la gasolina..."». En un pueblo como Monteagudo, en el que no es raro ver Audis, BMW y, sobre todo, Mercedes, un Passat no parecerá nada de otra galaxia.

CASAS PARA SUS HIJOS

También enjugarán la hipoteca de su hija mayor, de 27 años y recién casada en una pedanía cercana, y le comprarán una casa al hijo (24 años), que ya tiene novia y empieza a querer emanciparse. «Hace unos meses estuvieron viendo un piso para él», relata Francisco, el cuñado. «Estaba bien pero eran 174.000 euros sin IVA y ahí no podían entrar. Habían empezado a hacer obras en casa para, pidiendo un préstamo de unos 50.000 o 60.000 euros, acondicionar una vivienda para el chaval. Todos los días el mismo Francisco bajaba a picar la piedra...». Hasta el Domingo de Resurrección.

Ellos también se comprarán una casa, pero no quieren dejar Monteagudo. Según agentes inmobiliarios de la localidad, la propiedad más cara vendida recientemente no ha rebasado los 420.000 euros.

De momento, su actual vivienda, en cuya construcción trabajó el propio Francisco antes de casarse con Mari Carmen, está vacía desde el pasado miércoles. Situada al lado de algunas casas de protección oficial destinadas a familias sin recursos, tiene unos 130 metros cuadrados. Al limonero de la entrada le empiezan a pesar demasiado los frutos, que ya caen al suelo entre las varias docenas de tiestos que lo rodean. Las persianas están a medio bajar y nadie contesta al timbre.

Después de varios días tratando de esquivar a los medios de comunicación han decidido dejar momentáneamente Monteagudo. Amigos de la familia, el alcalde o el párroco de la iglesia local de Nuestra Señora de la Antigua -los dos son muy devotos- no han tenido ocasión aún de felicitarles en persona.

Son la hermana y el cuñado de Mari Carmen los que están haciendo de paragolpes estos días. Mari Carmen y Francisco apenas se han prodigado y no han dejado que les retrate más que un fotógrafo de confianza de la familia, por suspuesto de espaldas. Numerosos periodistas se han desplazado hasta la localidad estos días y se han llegado a ofrecer más de 6.000 euros por una foto en la que se pudiera ver el rostro de los agraciados.

Pero no hemos sido sólo periodistas los que los hemos rondado. Con semejante insistencia, pues el botín para ellos es mas jugoso, representantes de bancos y cajas de ahorros se les han ofrecido para gestionar los 26 millones. Como asegura el director de la oficina de una caja en Monteagudo, «conseguir que la familia deposite el premio equivaldría a cumplir los objetivos de cuatro años». El dinero de este Gordo de la Primitiva supera el volumen de depósitos totales de varias de las oficinas del pueblo.

En total son cuatro las sucursales bancarias que hay allí, pero Josefina, la hermana de Mari Carmen, ya guarda las tarjetas de ocho entidades financieras. La mayoría de bancos importantes con sede en Murcia se ha puesto en contacto con la familia para tratar de llevarse el suculento gato al agua.

Mari Carmen y Francisco aún no se han decidido por ninguno, como tampoco saben muy bien qué harán a partir de ahora. Lo que sí tiene claro Mari Carmen es el primer sitio al que irá: Lorca, a apenas 75 kilómetros de Murcia capital.

La localidad huertana es famosa por el esplendor de los estandartes, tejidos en hilo fino, para encabezar las procesiones. Mari Carmen y su hermana, como su madre antes que ellas y la madre de su madre aún antes, son camareras de la Virgen de la Antigua. A ellas corresponde tener la figura, una talla de algo menos de un metro, limpia y aseada.

La Virgen es la segunda imagen religiosa más conocida de Monteagudo. La primera es un monumental Cristo Resucitado de piedra situado en un otero a unos 200 metros de altura que parece bendecir toda la ciudad de Murcia.

Fallecida el pasado diciembre después de haber padecido alzheimer durante varios años, la madre de Mari Carmen no llegó a ver su sueño de ver a la Virgen procesionar con un señor estandarte delante. Ahora un pellizco de los 26 millones del Gordo de la Primitiva van a solucionarlo.

«Virgencica, te había pedido una ayuda para mis hijos», comentaba Mari Carmen el pasado jueves en La Opinión de Murcia. «Una ayuda, pero no tanta...». Qué menos, pues, que un estandarte.

QUÉ HACER CON 26 MILLONES EN MONTEAGUDO

l La vivienda más cara que se ha vendido recientemente en la pedanía murciana ha costado 420.000 euros. Un chalé de lujo, con una edificación de 300 metros y una parcela de 5.000, piscina incluida, saldría por alrededor de 600.000 euros. Según un agente inmobiliario de la zona, la familia ganadora podría comprar más de 50 o 60 casas en el pueblo. l La versión más cara del Volkswagen Passat, el coche que querría comprar el ganador, cuesta 38.480 euros. La familia podría comprar 681 coches como ése. l En la última legislatura, el Ayuntamiento de Murcia ha invertido en Monteagudo 5 millones de euros, menos de la quinta parte de lo que ha ganado esta familia. l Con 26 millones se podrían abrir ocho centros de salud como el recién inaugurado en el pueblo. l El premio duplica el presupuesto anual de fundaciones como la Esther Koplowitz o la Ramón Areces.

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