La alarma de que hay gato encerrado saltó de mano de las revistas Star, In Touch y Us Weekly. Todas haciendo eco del «sufrimiento» de Holmes ante el supuesto control y perfeccionismo de su marido y a las curiosas -cuando no extrañas- creencias de su Cienciología. Al hombre le llovieron acusaciones de carcelero. Le achacaban su poca flexibilidad por pretender controlar las llamadas telefónicas de su esposa, que deben ser de corta duración cuando al otro lado del cable hay alguna amiga, o de intentar convencerla de que cambie los pasatiempos de su joven esposa. O sea, no más cerámica, pintar o cantar karaoke, pero sí ir de compras a Barney's, atender a los partidos de sus hijos adoptivos o aprender a volar, como él.

SUMISA. En Us weekly argumentan que el comportamiento público de Holmes es atípico. Como ejemplo utilizan la llegada de la pareja a la fiesta que organizó Vanity Fair para los Oscar el pasado 25 de febrero. Cuando Cruise, de 44 años, ofreció a su esposa a los fotógrafos para que la inmortalizaran sola, ella se negó. Siempre silenciosa, permaneció atenta y sumisa al lado de su hombre. Sólo al final, cuando Cruise insistió que le sacaran fotos a ella, Holmes accedió. «Parece que siempre busca su aprobación», escriben en la revista. De ahí que la pobre muchacha haya recibido el apodo de Stepford Wife. Un término sacado de la novela de Ira Levin de 1972 The Stepford Wives y que se aplica a aquella esposa abnegada y complaciente cuyo rol en el matrimonio es la de servir a los intereses del marido sin rechistar. Irónicamente, la segunda adaptación cinematográfica fue protagonizada por Nicole Kidman, la que fue segunda esposa de Cruise.

In Touch va más allá y desde sus páginas hace la conjetura de que tal manipulación respondería a un proceso cienciológico de cambio de identidad. Algo que se consigue limitando los actos sociales para hacer que la persona adquiera una «nueva personalidad». Como el sentido común dice que alguien no aceptaría una transformación de una forma fácil, la prensa amarilla y los blogs sensacionalistas ordeñan la sospecha de que Holmes está sufriendo las consecuencias de un matrimonio de conveniencia.

De hecho, se dice que Cruise -el flamante nuevo capitoste de United Artists, el legendario sello fundado por Charles Chaplin, Mary Pickford y Douglas Fairbanks en 1919- es quien dicta incluso el camino profesional de su esposa, retirada del mundo de la farándula desde aquel mes de abril cuando anunciaron a bombo y platillo que estaban enamoradísimos en Italia.

EL DESNUDO. Así, el primer papel de Holmes en el cine será en Mad Money, una comedia que protagonizará al lado de Diane Keaton y Queen Latifah y que trata de un grupo de mujeres que quieren robar dinero de la Reserva Federal. Según el New York Post, Cruise ya ha informado a los productores que estará en el rodaje cada día «para ayudar» en lo que haga falta, y supervisar la supuesta escena de desnudo que está incluida en el guión. Un gesto que le honra como marido, pero que dispara las alarmas de aquellas mentes fértiles en la imaginación que ven en ese altruismo algo más. ¿Control? Cada uno que saque conclusiones.

Para más inri, ha salido un libro a la luz con el título de Hollywood Car Wash, basado, según su autora Lori Culwell, en personajes verídicos. La protagonista es una actriz joven que llega a la cima de la popularidad gracias a su participación en una serie de televisión a la que se fuerza perder peso, tomar drogas, perseguida por los paparazzi y entrar en un matrimonio de conveniencia con un famoso que esconde un gran secreto.

¿Les suena? Salvo algunos detalles, parecería la vida de Katie Holmes que triunfó en la serie televisiva Dawson's Creek antes de sufrir un cambio físico y casarse con Cruise tras un romance demasiado publicitado con declaración de amor en la torre Eiffel, boda por lo alto en Italia e hija al cabo de sólo unos meses.

FURIOSA. La autora niega desde su página web MySpace que el parecido o las similitudes con Holmes sean intencionadas y varios blogs aseguran que la actriz está «furiosa». Algo que, lógicamente, niegan sus representantes. «No sabe de la existencia del libro, nunca lo ha leído y no conoce a su autora», responde Ina Treciokas que lleva algunos temas para la actriz a TMZ.com, un sitio web que vive de la carnaza que le echan los famosos.

Según el mismo sitio, Culwell se negó a comentar su relación con Holmes por consejo de su abogado, a la vez que afirmaba que ciertamente, conoce a alguien que «le habría entregado el libro» y que la historia está basada en una persona «que nunca más va a dirigirme la palabra». ¿Será Holmes el alter ego de su protagonista? Sólo el tiempo lo dirá. A menos que ella hable antes. Pero sería en caso de divorcio. Y hoy por hoy, es poco probable ya que tras el fiasco entre Cruise y Nicole Kidman, el actor ha provisto para su tercera media naranja un acuerdo pre-matrimonial que la cubriría de dólares.

El Daily Mail afirma que si rompen los votos, ella quedaría cubierta con un manto protector valorado en 40 millones de dólares. Quince en forma de fideicomiso para ella y la niña pase lo que pase y otros 25 en caso de divorcio. Cifras mareantes que el rotativo británico cita como necesarias para calmar los ánimos alterados de la familia de ella, al principio muy escéptica sobre la relación. Sobre todo cuando su querida hija les comunicó el embarazo repentino y que abandonaba la fe católica en favor de la Cienciología «a la voz de ya».

Con todo, el divorcio aunque entraría entre los más lucrativos de Hollywood, no superaría los de Michael y Diandra Douglas que se consumó tras previo pago de unos 45 millones de dólares, o el de el director James Cameron y la actriz Linda Hamilton que quedó para los anales de la historia por unos 50 millones de dólares, según publica la revista Forbes. Nada que ver con la típica separación de bienes del resto de los mortales. ¿Y si están verdaderamente enamorados?