ASER FALAGAN
SANTANDER.-
Mientras se pasa (o no) el sofoco por lo de anoche, el Real Madrid deberá ponerse las pilas si no quiere descarrilar de manera peligrosa. Los de atrás acechan y ya no se trata sólo de seguir peleando por el título mientras exista esa posibilidad, sino de mantener una posición de lujo de cara a la próxima temporada. Terminar más allá del cuarto puesto supondría decir adiós a la Liga de Campeones, con lo gravísimo que eso podría ser para la vida deportiva, económica y social del club.
En el club hacían ayer, camino del aeropuerto, el recuento de bajas para lo más inmediato, el encuentro del próximo domingo frente al Valencia. Esa noche, en el Santiago Bernabéu no podrán estar, seguro, ni Iván Helguera, ni Mejía, expulsados ayer.
En el Madrid ni se plantean la posibilidad de recurrir la segunda tarjeta al central titular, ya que sólo con la primera amarilla que le mostraron cumple el ciclo para la sanción de un encuentro. Lo de Mejía sí podría ser recurrido, aunque se trata de un jugador tangencial a las ideas de Capello; apenas le ha usado en lo que va de temporada.
Gonzalo Higuaín también podría ser baja si se confirma el esguince en su tobillo derecho, Roberto Carlos aún no se ha recuperado, aunque sí parece que llegará a la cita con el Valencia el inglés David Beckham. La baja de Helguera lanzará de nuevo a Sergio Ramos al centro de la defensa, y el lateral derecho lo podría ocupar de nuevo Torres si es que se ha recuperado su lesión muscular.
Tras la visita del Valencia al Bernabéu, el Madrid tendrá que viajar a San Mamés para jugarse tres puntos ante el Athletic más necesitado de la historia. Tras el encuentro en Bilbao, el que llegue al Bernabéu será el Sevilla, que para entonces tendrá más claro que ahora si continúa o no aspirando al título. No es nada descabellado que esa noche, el Madrid reciba al líder de la competición.
El conjunto de Fabio Capello no tendrá que viajar inmediatamente después, ya que el siguiente partido de Liga será en casa frente al Espanyoil, un respiro en un camino plagado de bombas.
«Bueno, nosotros lo que no debemos hacernos son cuentas. No sirven para mucho. Está bien conocer qué es lo que tenemos por delante, pero lo que hay que lograr es mentalizarse sólo con el partido de cada semana, sin pensar en nada más», afirmó Casillas anoche en Santander. Lo dijo, la verdad, sin mucha motivación.
Las emociones fuertes vuelven después del descanso ante el Espanyol, porque el Madrid recibirá al Deportivo y viajará después nada menos que al campo del Zaragoza, con el que, si siguen así las cosas, se podría estar jugando el cuarto puesto. En la última jornada de Liga, el conjunto blanco recibirá al Mallorca. Calderón pronosticó hace un mes que ese día, el 17 de junio, el Madrid se proclamaría campeón. Tras el palo de anoche, las cuentas son mucho más complicadas. Nada le ha salido al presidente blanco.
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