EDUARDO J. CASTELAO
MADRID.-
Dicen los datos que Fernando Torres mete el 68% de los penaltis que tira. Habla ese porcentaje de su estancia en Primera División, cinco años, mitigando la crudeza de los números este año. En 29 partidos de Liga, El Niño ha tirado siete veces, ha fallado cuatro y ha metido tres. Es decir, tiene más errores que aciertos, en esta campaña, si de enfrentarse a solas con el portero hablamos. Tras la parada de Viera el domingo en Villarreal surgió un debate en el que han participado, de manera entusiasta, afición y prensa.
¿Por qué Torres sigue tirando los penaltis pese a esta mala racha? Hay varios factores que explican la continuidad, y el primero de ellos es el carácter del capitán. Acataría sin rechistar una decisión de Aguirre para que cambiase el lanzador, o para que se tomase un descanso. Pero el entrenador confía en él, y sobre todo él confía en sí mismo. El miércoles, en la vuelta al trabajo después del día de descanso, el mexicano le preguntó si tenía ánimo para seguir lanzando. El capitán le dijo que sí, y ahí terminó el debate.
En realidad, la trascendencia de los fallos ha quedado mitigada por el resultado de los partidos en los que se produjeron. No acertó con la red contra el Celta, el Osasuna y el Villarreal, pero el Atlético terminó ganando. Además, el día del Celta fue él mismo quien, en el rechace, convirtió lo que era el primer gol de un duelo que finalizó con 1-3. Tampoco fue gol el lanzamiento en el Sánchez Pizjuán, pero Pablo aprovechó la respuesta de Palop para marcar el único gol rojiblanco contra el Sevilla, que para ese momento ganaba ya 3-0.
Otro de los motivos que otorgan a Torres el privilegio de seguir tirando las penas máximas es que en el vestuario nadie se atreve a dar un paso al frente. Aunque alguno piense que podría mejorar las estadísticas, nadie lo dirá en alto. Torres es el líder del grupo, su autoridad es incontestable y todos se han puesto detrás suyo para apoyarlo. Es curioso, además, que el morbo despertado tenga su primer acto esta tarde ante el Levante (17.00 h., PPV). Contra los levantinos fue la última vez que El Niño marcó de penalti. Fue para abrir el marcador, cerrado con 0-3, fue ante Molina, el último portero que ha logrado con la camiseta del Atlético el Trofeo Zamora. Para más casualidades, el entrenador del banquillo visitante hoy será Abel Resino, historia viva de la portería del Calderón.
«Torres es el responsable de tirar los penaltis. Quiere ganar y no se quiere borrar. Lo más fácil es quitarse la responsabilidad, pero lo hemos hablado y tenemos la seguridad de que el siguiente irá dentro», zanjó las dudas Aguirre el viernes. Habrá run-run, no obstante, si hoy Teixeira Vitienes señala el punto de penalti a favor del Atlético. La afición está dividida, aunque el icono sigue siendo mayoritariamente intocable.
Al margen de dudas y penaltis, el Calderón teme que hoy se repita la historia del Mallorca. El Atlético, a tres puntos de la Champions, recibe a un rival que pelea por sobrevivir y que ha sumado sólo dos victorias lejos de su estadio este año. Huele a camino sencillo, a estación idónea para seguir creciendo, pero con este equipo esa suele ser la antesala del disgusto. Maniche sigue siendo baja y Galletti vuelve, sustituyendo Pernía a Antonio López. En el Levante será baja Nino, con molestias musculares.
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