Domingo, 15 de abril de 2007. Año: XVIII. Numero: 6328.
MUNDO
 
Dos kamikazes más se inmolan en Casablanca y Marruecos dice haber detenido a su jefe
50 muertos en Irak en otros dos atentados suicidas
ALI LMRABET. Enviado especial

CASABLANCA.- Dos kamikazes accionaron ayer sus cinturones explosivos en la selecta avenida Mulay Yusef de Casablanca, hiriendo a una transeúnte al inmolarse. Los objetivos del atentado, perpetrado a las nueve de la mañana (11.00 horas en España), eran el consulado general de Estados Unidos en la capital económica de Marruecos y el American Language Center, centro privado de enseñanza de inglés situado a pocos metros de la legación diplomática norteamericana.

Según las primeras informaciones, los dos suicidas, los hermanos Mohamed y Omar Maha, pretendían enviar un mensaje a Estados Unidos, cuyas tropas (unos 300 marines) participan desde el 10 de abril en maniobras conjuntas con el Ejército marroquí en Cabo Draa, en la sureña provincia de Tan Tan.

Mohamed Maha nació en 1975 en Casablanca, según fuentes policiales. «Estaba vestido con un vaquero y un jersey negro, y tenía un aspecto pobre y miserable. Se hizo estallar a tres metros de una furgoneta de policía», contó a la agencia France Presse Mohamed, de 45 años y agente de seguridad de un banco que se encuentra enfrente del consulado.

Su hermano Omar, de 20, continuaba andando por el bulevar, y al oír la deflagración, corrió y se suicidó ante la escuela privada situada a 150 metros del primer atentado, según un camarero que contempló la escena desde la terraza.

Marruecos, uno de los primeros países en reconocer la independencia norteamericana en 1776, es desde 2004 «aliado preferencial no OTAN» de Estados Unidos. Fue el presidente George W. Bush quien decidio conferir este raro privilegio al país alauí para recompensarle por su apoyo en la «lucha contra el terrorismo» islamista. Sólo países como Argentina, Australia, Bahrein, Corea del Sur, Egipto, Israel, Japón, y otros pocos y destacados aliados estratégicos se benefician de este trato que les permite comprar armamento americano sin restricciones.

Marruecos, al que han apuntado no pocas veces los mensajes de Ayman al Zawahiri, el lugarteniente de Osama Bin Laden, forma parte de los países que han aceptado interrogar en sus cárceles secretas a sospechosos de terrorismo islamista arrestados por Estados Unidos en distintos lugares del planeta.

Corre también el rumor de que la Administración Bush tiene la intención de instalar una base militar en algún país del Magreb para vigilar y combatir, con la ayuda de Ejércitos locales, el emergente activismo de Al Qaeda en esta amplia zona de Africa.

Ayer, las autoridades marroquíes, conscientes del órdago islamista lanzado contra la privilegiada relación americano-marroquí, intentaban convencer a la opinión pública de que lo ocurrido en la mañana de ayer fue un acto de desesperación.

Pero es incontestable que los dos kamikazes, que proceden del lejano barrio de El Fida-Dar Sultan, escenario de los atentados del martes pasado, debieron atravesar sin mucha dificultad toda la ciudad de Casablanca para alcanzar el barrio Gauthier, donde está ubicado tanto el consulado de Estados Unidos, como el de Italia y de Holanda.

Sin contar el hecho de que Casablanca está casi en estado de sitio. En el barrio Gauthier, a pocos metros del consulado americano, se encuentra el restaurante italiano que fue blanco de los terroristas el 16 de mayo de 2003. Se confirma, pues, la aserción del experto en grupos islamistas, Mohamed Darif, que estima que los kamikazes han recibido como instrucción no dejarse apresar y evitar provocar víctimas entre la población civil.

Darif no duda de que los dos kamikazes de ayer tenían la posibilidad de perpetrar una matanza entre la muchedumbre de la concurrida medina de Casablanca, distante unos centenares de metros de la avenida Mulay Yusef, pero prefirieron accionar sus detonadores en otro sitio, frente a un edificio que simboliza los intereses de Estados Unidos en el país árabe y que está situado en una de las avenidas más custodiadas de la ciudad. Fuentes policiales anunciaron en la mañana de ayer la detención del supuesto cabecilla de la célula terrorista a la que pertenecían todos los kamikazes que se han inmolado o han sido arrestados desde el atentado fallido del cibercafé en el barrio de Sidi Moumen.

Carta a Buteflika

Sin embargo, hasta el día de ayer, el cabecilla señalado por el Ministerio de Interior era Abdelfettah Raydi, el suicida del 11 de marzo. Esta contradicción, añadida a la polémica sobre la paternidad de los atentados, entre los que estiman -es el caso de las autoridades marroquíes- que los atentados son obra de un grupo esencialmente marroquí, y los que aseguran que los kamikazes responden a Al Qaeda del Magreb Islámico, supone un cierto desasosiego por parte de la cúpula del poder en Marruecos, que da la impresión de no controlar las informaciones que difunde.

En otro escenario, el rey Mohamed VI expresó ayer en una carta enviada al presidente argelino, Abdelaziz Buteflika, su deseo de multiplicar las acciones de cooperación «leal y sincera» entre los dos países. Es decir en la lucha contra el terrorismo islamista. Esta carta aparece en un momento de incógnita total en Argelia, con un presidente literalmente desaparecido y que no ha dado ninguna señal de vida después de los atentados del miércoles pasado.

Según fuentes periodísticas argelinas, Buteflika estaría lo bastante enfermo como para no haber aparecido en los medios de información para condenar los atentados que tenían como objetivo las oficinas del primer ministro en Argel y varias comisarías, y que causaron 33 muertos y más de 200 heridos.

 © Mundinteractivos, S.A.