Los brutales atentados de Casablanca y Argel de esta semana vuelven a recordarnos que el integrismo islámico sigue siendo una amenaza para Europa y, más concretamente, para España. Al Qaeda ha reivindicado estas acciones criminales, subrayando en un comunicado que no parará hasta lograr que Al Andalus vuelva a ser tierra musulmana. El ministro Rubalcaba considera que no hay motivos especiales de alarma, mientras que Rajoy ha pedido que se intensifiquen las medidas de protección. La cuestión es si España es ahora más vulnerable a los ataques del islamismo que cuando tenía tropas en Irak en la etapa de Aznar.
Cuestión de cultura
España se le está vendiendo a los terroristas como el paraíso perdido al que tienen derecho histórico. Utilizando términos como Al Andalus, no hacen más que evidenciar este anacronismo y sacar a relucir el principal problema, la falta de cultura que, como ocurre con con otras religiones, convierte la fe en fanatismo sectario. Creo que España seguirá siendo objetivo del fanatismo mientras no se eduque a los pueblos de países como Afganistán, Argel o Marruecos, para que sepan diferenciar entre los problemas que afectan a su entorno actual y las batallas que ocurrieron hace cinco siglos. Cuando una persona decide poner fin a su vida con tal de acabar con la de los demás, es que algo está fallando. España debería enfocar, como un esfuerzo más para combatir el terrorismo, la investigación de qué es lo que está fallando y poner todos los medios que estén a su alcance para paliarlo. Por eso, pienso que la labor de Occidente es fomentar la cultura en todos estos países conflictivos, y no hablo de imponer el modo de pensar occidental, sino de explotar la propia riqueza del Islam, y enseñarles que en su idílica Al Andalus se consiguieron cosas mucho más grandes y hermosas, como la Alhambra, o lo que después sería la Química, que lo que están consiguiendo ahora a base de explosiones, sangre, miedo y terror. Alejandro Somozas Mancilla. Correo electrónico.
Depende de lo que queramos entender por «similar». Una cosa es estar en primera línea de riesgo, como lo están Estados Unidos, el Reino Unido o los propios países musulmanes y otra que ningún lugar del mundo (por superprotegido que esté) está totalmente a salvo. Y lo de Al-Andalus suena sobre todo a retórica. ¿A qué llaman al-Andalus? ¿A Andalucía y el sur de Portugal? ¿A toda la península menos Covadonga? ¿Al territorio conquistado en el siglo VIII hasta Poitiers? Eso no parece muy serio. Miguel Vidal. Luxemburgo.
Comprensión suicida
No hay peor ciego que el que no quiere ver, el terrorismo islámico es peligrosísimo debido a que cualquier acción que haga está justificada en nombre de un dios. Mi principal temor no es que vayan a ocurrir mas atentados en Europa y que España sea objetivo prioritario para estos iluminados; mi principal temor es que la izquierda europea y en especial la española, se ha lanzado a una justificación/compresión de este fenómeno, en mi opinión suicida. El problema es que al resto nos van a suicidar con ellos. Alberto Tribaldo Sánchez. Correo electrónico.
Conocer al enemigo
Todo Occidente está amenazado desde hace mucho tiempo y por lo tanto con riesgo, y más aún España por su Historia, geografía y por su participación en la Guerra de Afganistán, que es exactamente la misma que tuvo en Irak, es decir, en misión humanitaria pero dentro de un conflicto bélico y en ambos casos amparada su presencia por sendas resoluciones de la ONU. Lo importante es que todos nos concienciemos de quién es el enemigo, pues hay algunos que con sus actuaciones hacen de quinta columna del fanatismo islamista. Alejandro Alvarez. Madrid.
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