De las corridas de toros decía el poeta García Lorca que son «la fiesta más culta que hay hoy en el mundo», y sobre ellas señaló Ortega y Gasset que no hay un sector en la cultura española que tenga «un tratado más completo». Se refería, por supuesto, a El Cossío, la enciclopedia que a partir de hoy y cada domingo pone EL MUNDO a disposición de sus lectores.
Nuestro filósofo más insigne no exageraba. A lo largo de sus 20 volúmenes, El Cossío disecciona el mundo del toro y la lidia. En él se revela la historia de la Fiesta Nacional y, con ella, gran parte de la Historia de España; se recogen las suertes actuales del toreo pero también su evolución a lo largo de los siglos y su diversidad en las distintas tradiciones de España, Portugal, América y Francia; se realiza un estudio a fondo del toro, desde un punto de vista zoológico, morfológico y de comportamiento, un animal único cuya supervivencia sin las corridas sería más que dudosa. Se relata también la biografía de los más insignes toreros, desde Sánchez Mejías, Rafael Ortega El Gallo, Bienvenida o Manolete, a los que José María Cossío conoció personalmente, hasta las últimas revelaciones como El Juli o Sebastián Castella, pues ése es uno de los principales valores de la edición que presentamos: está actualizada hasta abril de 2007.
Asimismo, fiel a su misión de abarcar todos los componentes de la Fiesta, El Cossío otorga una enorme relevancia a cómo ésta se ha reflejado en el resto de las artes. Por eso Goya, Picasso, García Lorca, Hemingway o Miguel Hernández están también presentes en sus páginas. Este último, por cierto, lo está por partida doble, pues Cossío empleó al poeta en la elaboración de la enciclopedia.
Además de su innegable valor histórico, El Cossío sigue siendo una obra de gran actualidad, máxime cuando los ataques a las corridas cobran hoy nuevos bríos. A los embates de los partidos nacionalistas catalanes -más preocupados por el carácter español de la tradición que por la suerte del animal- se unió recientemente la sugerencia de la ministra de Medio Ambiente de eliminar la muerte del astado como paso previo a la desaparición de toda la corrida.
Evidentemente, no es la primera vez que alguien arremete contra nuestro arte más representativo, que en el siglo XVI resisitió incluso la prohibición papal de Pío V.
En todo caso, creemos que tanto para amarla como para criticarla lo más recomendable es el conocimiento, y en materia taurina éste lo representa El Cossío. Deleitará a los aficionados, convertirá a ese grupo a algún curioso y estamos seguros de que incrementará el respeto por la Fiesta de aquellos reticentes que se animen a adentrarse más allá del tópico.
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