Ni el más acérrimo de los seguidores barcelonistas habría preparado un desenlace del día tan maquiavélico y favorable. La jornada ya arrancó bien para sus intereses gracias a la derrota del Real Madrid en El Sardinero, en la que tuvo una influencia decisiva el árbitro, Turienzo Alvarez. El 2-1 final se confirmó en el último minuto. Y también en el último minuto pudo romper el Barça la muralla construida por Gregorio Manzano alrededor de la portería de su Mallorca. El equipo balear aguantó el empate sin goles hasta que, tras un barullo en el área , el balón acabó en la red tras el último toque de Fernando Navarro. El gol en propia meta salvó a un equipo azulgrana espeso que, además, mantuvo su relación con la buena fortuna cuando Víctor Valdés detuvo un penalti a Jonás en la primera parte.
Otra pena máxima falló el rival de los catalanes en la lucha por la Liga. El Sevilla perdía por 1-0 en Mestalla cuando Maresca lanzó desde los 11 metros y Cañizares detuvo el disparo. Villa había adelantado a los suyos. En la segunda parte, el propio Villa resolvió la cuestión al marcar el segundo. Él sí fue capaz de transformar el penalti con el que castigaron a los andaluces, que acabaron con 10 hombres por expulsión de Hinkel.
Por la zona baja, la clasificación se comprime. Los dos equipos que parecían condenados hace varias semanas ganaron sus partidos y quedan ahora a seis puntos de la salvación. El Nàstic tuvo el mérito de imponerse al Zaragoza, que volvió a perder una gran ocasión de acercarse a la cabeza, y la Real sorprendió en terreno del Betis.
La jornada fue muy negativa para el Levante, que entró en la zona de descenso tras perder en el Calderón por un golazo de Torres. El estreno de Stoichkov en Vigo fue positivo. Triunfo por 1-0 ante el Deportivo. Y el Athletic encadenó su segunda victoria consecutiva, esta vez ante el Espanyol. / Págs. 2 a 6
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