«Milagrosamente ha entrado. La felicidad ha sido increíble». Así se refirió Frank Rijkaard al gol de Navarro en propia meta, que le quitó las ganas de hablar del mal juego desarrollado por su equipo. Ayer, el técnico barcelonista no estaba para monsergas y sólo tenía ojos para la victoria. «Son tres puntos de oro, importantísimos», explicó. «Lo hemos conseguido trabajando, luchando y sufriendo. Son tres puntos que han llegado gracias a la actitud del equipo». Y añadió: «Sin esta actitud no lo habríamos logrado, espero que esto nos sirva de lección». Rijkaard reconoció que se vio un partido «muy poco fluido» y destacó la organización defensiva del Mallorca, pero el resultado sirvió para que acabara lanzando un aviso a sus rivales: «Esta victoria era moralmente muy importante para nosotros».
Gregorio Manzano no pudo ocultar su decepción. Apuntó que había ganado «la partida táctica» y se mostró resignado por perder contra un equipo de «supergalácticos». «El partido hubiera merecido acabar con un premio para el Mallorca», opinó. Para el técnico bermellón, la derrota fue fruto de «dos desgracias», en referencia al autogol de Navarro y al penalti fallado por Jonás. Sobre esa acción, Manzano calificó de «determinante» la no expulsión de Víctor Valdés. / A. M.
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