NASTIC 1
ZARAGOZA 0
Bizzarri
Calvo
Matellán
César Navas
Marco
Chabaud
Generelo
Campano
Pinilla
Gil
Portillo
Cambios: Rubén Castro por Campano (min. 66)
Merino por Generelo (min. 77) s.c.
Grahn por Pinilla (min. 80) s.c.
César
Diogo
Gabi Milito
Juanfran
Chus Herrero
Zapater
D'Alessandro
Celades
Diego Milito
Aimar
Sergio García
Cambios: Ewerthon por Sergio García (min. 62)
Movilla por Celades (min. 62) s.c.
Oscar por Aimar (min. 72) s.c.
Arbitro: Fernández Borbalán
T. amarillas: Aimar, Celades, Gabi Milito, Diogo, Portillo y Merino. Gol: 1-0: Portillo (min. 81).
NOU ESTADI. LLENO.
TARRAGONA.- Si la semana pasada Paco Flores se quejaba de todo lo que nadan de los suyos para acabar con el riesgo de morir en la orilla, ayer el técnico del Nàstic pudo celebrar la justicia del fútbol. En su opinión. Javier Portillo, cuando el partido ya moría, consiguió un gol que alarga la esperanza grana de mantener la categoría. Su rival de ayer, un Zaragoza mucho más agarrotado que de costumbre, tal vez excesivamente condicionado por su presencia en los puestos de Liga de Campeones, no dio muestras del fútbol que lo ha convertido en una de las revelaciones de la temporada.
El Nàstic llevó el peso del partido en los compases iniciales y buscó con insistencia plasmar esa superioridad con goles. O, por lo menos, en uno. Las primeras ocasiones del partido fueron para los locales. De hecho, el Zaragoza no se acercó con relativo peligro a la meta de Bizzarri hasta bien entrado el minuto 20, con una falta lanzada por Aimar que el portero grana blocó sin mayores dificultades. El conjunto grana acabó por levantar el pie del acelerador y el discurrir de los 45 minutos iniciales no deparó un espectáculo digno de recordar ni por juego ni por opciones por parte de ninguno de los dos contendientes.
Tras el descanso, el Zaragoza trató de desquitarse. Víctor Fernández movió su banquillo y Sergio García tuvo una clarísima ocasión que Navas salvó casi sobre la línea. El conjunto aragonés buscó recuperar su mejor versión, pero acabó estrellándose otra vez ante un rival correoso y que, a pesar de sus limitaciones técnicas, creyó ciegamente en las posibilidades de anotarse el triunfo. Sus sensaciones, por lo menos esta vez, no le fallaron. Así lo plasmó el delantero Portillo, con un perfecto remate de cabeza tras un saque de esquina de Gil que se convirtió en el único tanto del partido.
Tal vez espoleados, aguijonados por ese tanto, los jugadores del Zaragoza se fueron arriba en busca de la igualada. Sin suerte. El Nàstic acabó llevándose tres puntos que, en su delicada situación, saben más que a gloria. Saben a esperanza, aunque todavía muy remota, pero esperanza.