Carrera extraña, táctica y dura en Bahrein, donde ganó Felipe Massa y Alonso quedó apeado del podio, pero al menos pudo entrar en la zona de los puntos. La quinta plaza es un consuelo menor. El triunfador de Malasia no tuvo su día y se vio perjudicado por un coche que parecía no ser el mismo de anteriores ocasiones. Por la razón que sea, el McLaren del español parecía estar muy por debajo de sus prestaciones normales. Ni siquiera él mismo fue capaz de explicar lo sucedido. El asturiano nunca estuvo a gusto con el monoplaza y se fue a casa sin saber por qué su nueva escudería fue capaz de hacerle ganar en Malasia y decepcionar en el desierto de Bahrein.
Alonso sigue líder del Mundial, pero la cosa se ha puesto muy apretada en lo alto de la tabla, ya que tiene los mismos puntos que Raikkonen y Hamilton. El finlandés llegó tercero y el británico, en una buena carrera en la que nada pudo hacer con Massa, llegó como escolta del ganador y se convirtió en el mejor debutante de la historia de la Fórmula 1, con tres podios consecutivos en sus tres primeras presentaciones.
La lógica de la F1 se fue de paseo en Bahrein. Con un viento cruzado y una arena muy molesta que se colaba en los cascos de los pilotos, los que mandaron en el tercer Gran Premio del año no fueron los que debían haberlo sido. Desde el primer metro, Felipe Massa y Lewis Hamilton comandaron las acciones. Un poco más atrás, Fernando Alonso estuvo a punto de arrebatarle la segunda plaza con más fuerza en el arranque, pero los movimientos del británico obligaron al español a quedarse detrás del otro McLaren.
Raikkonen lo agradeció y de milagro no los volvió a superar. Hamilton era segundo y Alonso, tercero, delante de Raikkonen. A partir de ahí, el español y el finlandés se enzarzaron en una lucha que no benefició a ninguno de los dos. Por talento y experiencia, el finlandés y el español debían ser protagonistas, pero los roles estaban invertidos y por alguna causa, estaban relegados a pelearse por lo que quedaba del podio.
Antes de empezar, la teoría estaba inclinada hacia lo contrario. Felipe Massa y Lewis Hamilton pelearían al inicio, y más tarde Raikkonen y Alonso cobrarían protagonismo. La idea de Alonso y Raikkonen era la de remontar en la segunda parte de la carrera, pero no pudieron. El finlandés, porque en la salida quedó atrapado detrás del líder de McLaren, y el piloto español (sigue primero por tener una victoria y un segundo puesto) porque se debatió con un coche que no respondió nunca.
Alonso no dio con las claves porque no estaba en condiciones de comprender lo que había sucedido. Pero esa idea de recuperar con una estrategia levemente diferente a la de los líderes, estaba en la papelera cuando se dio cuenta de que por más que acelerase, los neumáticos no se agarraban con suficientes ganas al asfalto. El coche no iba y por más que lo intentase, le iban a superar. Salvar los muebles con algunos puntos era lo mejor que podía hacer.
Mientras los dos candidatos naturales al título pensaban en cómo recuperarse, por delante, Massa y Hamilton estaban en su propio mundo. El Ferrari mantenía el tipo con soltura, pero Hamilton no estaba tan lejos como para que el brasileño se relajase. Sin embargo, nunca llegó a inquietarle. Es más. Cuando Raikkonen por fin de se desembarazó de Alonso en el pitstop, intentó apretar en vano al pupilo de Ron Dennis.
No había forma de cambiar la historia en Bahrein. Por delante y sin novedades, Felipe Massa cumplía con ese veredicto que los aventureros le escribieron antes del arranque del año, convirtiéndose en ganador y candidato. No cometió un solo error en todo el fin de semana. Probablemente haya sido porque ya los había cometido todos en Malasia. Recuperó terreno en el Campeonato y respira aire puro, a cinco puntos de distancia de los tres apretados líderes.
Con Alonso apabullado por la mala relación de su coche con el asfalto, emergió uno de los coches que puede recoger lo que los dos grandes equipos dejan. El BMW-Sauber de Heidfeld se coló en el grupo de los protagonistas y salió a por Alonso cuando las condiciones de la carrera se lo pusieron a tiro. Le buscó las cosquillas y le superó definitivamente en la curva tres. El español exprimió lo que quedaba de motor y se lanzó a por el alemán, pero no había tanta necesidad de quemar su propulsor, y así mantenerle con buenos pulmones para Barcelona. Será el momento de la venganza.
NOVENA PRUEBA SIN PODIO EN DOS AÑOS
En el circuito de Sakhir, Alonso firmó su novena ausencia en el podio en las dos últimas temporadas, en las que logró sendos títulos mundiales. Las anteriores ocasiones fueron las siguientes:
Italia 2006. Abandono. El 10 de septiembre, en Monza, el español no acabó la prueba por rotura del motor. En esa jornada venció Michael Schumacher.
Hungría 2006. Abandono. El 6 de agosto, el español también se despidió de la carrera por culpa de un palier y una tuerca mal apretada. Ganó Button y De la Rosa logró una valiosa segunda plaza.
Alemania 2006. Quinto. Schumacher, en el último domingo de julio, dominó en su feudo y Alonso sólo pudo rubricar una quinta plaza.
USA 2006. Quinto. En Indianápolis se impusieron los Ferrari de Schumacher y Massa.
Hungría 2005. Undécimo. En el circuito húngaro, el español no entra en los puntos porque en la primera vuelta debe acudir al 'box' por un golpe con el monoplaza de Ralf Schumacher.
USA. 2005. Plante. No tomó la salida, lo mismo que hicieron los otros pilotos de las escuderías calzadas por Michelin.
Canadá 2005. Retirado. Abandonó tras chocar contra un muro. Venció Raikkonen.
Mónaco. 2005. Cuarto. El español escoltó a Raikkonen, Heidfeld y Webber.
