Antes de la salida, les habían sugerido a sus pilotos que no fallasen. Incluso Michael Schumacher, que se rumoreaba estaba a unos pocos kilómetros del circuito -en Dubai, precisamente-, les había aconsejado para que no se escapen carreras como la de Sepang. Por eso, para Bahrein, ganar o ganar era la consigna. No había otra opción. Y el más observado era Felipe Massa, después de sus avatares en el Gran Premio de Malasia. Por eso, una vez cruzada la meta, el brasileño estaba más contento que nadie. Había dominado desde el primer metro en carrera, se había llevado la vuelta rápida y, un día antes, había logrado la pole. El hombre al que indicaban como aspirante, por fin había cumplido. «Es un resultado bellísimo», dijo con una enorme sonrisa el brasileño: «En la primera parte de la carrera el coche no estaba perfectamente balanceado, y se me iba un poco de atrás, pero en la segunda parte, ha estado verdaderamente fantástico y los neumáticos han trabajado a la perfección. Al final usamos los neumáticos más duros, y considerando la ventaja que tenía, me dediqué a regular la marcha y conservar la distancia», dijo el ganador, exultante.

Lo cierto es que necesitaba ganar, porque si no lo hacía, la posibilidad de que alguno de sus contendientes más directos se alzase con la victoria era altamente probable. Podía quedar seriamente descolgado del campeonato, de ahí su estado de ánimo. Al menos por ahora, ha salvado los papeles: «El campeonato está muy equilibrado y estos 10 puntos son muy importantes. Estoy contento de que el paréntesis en el Mundial llegue ahora para poder disfrutarle aún más». ¿Piensa que no va a obtener ninguna más este año? Seguro que no será así, pero nadie le va a quitar de nuevo el cartel de candidato que tenía colgado antes de empezar.

Parada.

Distinta la cara que tenía Raikkonen, aunque la del finlandés, nunca cambia demasiado. Quedó trabado detrás de Alonso en la primera parte de la carrera, pero fue incapaz de superarle. Tuvo que esperar hasta el primer pitstop para enmendar su timorato arranque. El excéntrico finlandés de Ferrari no encuentra la fórmula para volver a ganar después de su brillante comienzo de año en Australia, donde dominó a placer: «Estoy contento por estos seis puntos, pero no puedo estar completamente satisfecho. En la salida he cometido un pequeño error. Al final, he perdido una posición con respecto a Alonso y he quedado toda la primera parte detrás de él», señalaba el nórdico. Sin embargo, el ritmo de Kimi no fue nada del otro mundo. Llegó al podio, pero no está siendo el año que esperaba. No inquietó seriamente en ningún momento a Hamilton y mucho menos a su compañero Massa: «Acercarme al coche de Lewis era muy difícil por cuestiones aerodinámicas, y el viento que había en pista lo hacía peor. Tenemos que trabajar para mejorar nuestras prestaciones», finalizó.