El presidente de la Comisión Nacional del Mercado de Valores (CNMV), Manuel Conthe, se mantiene en el cargo con el apoyo de sólo uno de los seis consejeros restantes de la institución que rige los mercados bursátiles. Se encuentra acorralado por los miembros de la cúpula de la institución que sintonizan con el Gobierno, sin diferencia ya entre los próximos a Moncloa y los próximos al vicepresidente segundo, Pedro Solbes, y sólo la veterana técnica de Hacienda, Rosa Rodríguez, no adscrita a ninguna familia socialista, mantuvo el pasado viernes su apoyo a Conthe.
En el tormentoso consejo de la CNMV de ese día quedó claro, según ha podido saber este diario, quién está con quién. La nueva mayoría está capitaneada por el vicepresidente de la CNMV, Carlos Arenillas, cuyo nombramiento en octubre de 2004 es atribuido al entonces asesor económico del presidente del Gobierno, Miguel Sebastián en contra de los deseos de Conthe.
Junto a Arenillas, un veterano del mercado bursátil que es esposo de la ministra de Educación, Mercedes Cabrera, aparece la directora general del Tesoro, Soledad Núñez, también vinculada a Sebastián. Con ambos vota frecuentemente ya el respetado ex consejero del Banco de España, Julio Segura. En opinión de este bloque, Conthe no puede seguir ni un minuto más en la CNMV, porque su actitud está perjudicando gravemente a la institución.
A ellos presta ya apoyo Soledad Abad, la ex directora de gabinete y persona de máxima confianza del vicepresidente segundo, Pedro Solbes. Abad, al igual que Solbes, había mantenido hasta ahora afecto personal y profesional por Conthe, pero ha roto con él al igual que su ex jefe. Su actitud, unida al grupo que más sintoniza con Moncloa forma ya una pinza decisiva contra Conthe.
Éste sólo cuenta con un apoyo, el de la consejera Rosa Rodríguez. Esta veterana funcionaria almeriense sintoniza con Conthe desde hace más de 15 años, cuando ambos negociaron juntos los intereses de España en el Tratado de Maastricht en el Ministerio de Economía de Carlos Solchaga.
Por tanto, cuatro contra dos, aunque en la CNMV hay un séptimo consejero, el subgobernador del Banco de España, José Viñals. Éste suele rehuir la asistencia a los consejos más embravecidos. Por ejemplo, en el último estaba en Washington para asistir a la asamblea del Fondo Monetario Internacional adelantándose en un día al viaje de Solbes. En esta situación, Conthe no puede ejercer su voto de calidad en caso de empate, porque ni siquiera puede aspirar a hacer tablas con Arenillas.
Su peor consejo
Con este retrato Conthe vivió el pasado viernes el peor consejo de la CNMV desde su nombramiento en octubre de 2004, cuando, en su presencia, sus enemigos lograron una mayoría para hacer público un comunicado descalificándole.
Conthe anunció su intención de dimitir el 2 de abril, porque, según avanzó el pasado viernes, «la política industrial del Gobierno entra en potencial conflicto con las normas del mercado de valores». Es decir, porque Moncloa está favoreciendo que la constructora española Acciona y la eléctrica italiana Enel se queden con Endesa de forma «ilegal», según el presidente del grupo alemán E.ON, Wulf H. Bernotat, que ha tenido que dejar morir su OPA tras 13 meses de esfuerzo.
Pero Conthe se niega a hacerlo sin poder explicarse antes en el Congreso. Su visión de la independencia de la institución le obliga a dar cuentas ante el Parlamento, aunque fuera el Gobierno quién le nombró.
«Con esta situación en su consejo y tras haber proclamado el Gobierno que le retira su confianza, cualquier funcionario dimitiría al minuto», asegura a este diario una alta fuente gubernamental. El Gobierno teme que Conthe retire ahora su dimisión por entender que es la mejor manera defender ahora la independencia de la CNMV y está poniendo toda la carne en el asador. El comunicado del consejo de la CNMV encaja con esta estrategia gubernamental.