OSCAR TORRES
VITORIA.-
El lehendakari, Juan José Ibarretxe, ha mencionado la consulta popular en dos ocasiones a lo largo de la semana pasada, pero fue ayer, tras leer la segunda entrevista (la primera fue radiofónica) cuando los partidos de la oposición le hicieron llegar su respuesta crítica, al tiempo que sonaba el aplauso de los suyos y sus socios ante la posibilidad de la convocatoria de un referéndum en esta legislatura para dar el visto bueno a la propuesta de Estatuto, al resucitado plan Ibarretxe.
El más contundente fue el secretario general del PSE en Alava y candidato a diputado general, Txarli Prieto, que en un acto electoral resumió el sentir del partido: «Que se metan el plan por donde les quepa». La contundencia de la respuesta no deja lugar a dudas. Aun así, en ese acto el líder de los socialistas vascos, Patxi López, volvió sobre el asunto y acusó a Ibarretxe de «estar desfasado y alejado de la sociedad vasca», y de retomar un Estatuto «que satisface al nacionalismo más radical».
Para López, el plan «resume las obsesiones identitarias de quienes siguen reivindicando proyectos del pasado felizmente caducados», y supone una vuelta «a la imposición y al enfrentamiento. En definitiva, nada distinto a lo expresado por el PSE durante su tramitación hasta diciembre de 2004, cuando el Parlamento vasco lo aprobó con el apoyo de Batasuna, y por el PSOE en febrero de 2005, cuando las Cortes Generales rechazaron su admisión a trámite.
El lehendakari, ante la imposibilidad de un acuerdo entre partidos y en paz, plantea ahora una consulta sobre lo pactado ya con Batasuna en la Cámara vasca y con ETA activa, porque dice que la clase política no puede quedarse de brazos cruzados porque la banda siga atentando.
El PP preguntó ayer al PSE si busca asociarse con los promotores de la consulta y acusó a Ibarretxe de liderar la debacle y anteponer sus obsesiones nacionalistas a las verdaderas necesidades de los vascos. Su secretario general, Carmelo Barrio, acusó a Zapatero de enviar a Euskadi al presidente del Senado, el socialista alavés Javier Rojo, para anunciar que se sumará a la estrategia nacionalista, después de que éste se decantara esta semana por un pacto PNV-PSE tras las elecciones.
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