Casi medio centenar. El número de miembros de ETA controlados en España y en Francia por las Fuerzas de Seguridad supera los 40. La gran mayoría se encuentra en territorio francés. El resto, en el País Vasco y Navarra, según explicaron a este periódico fuentes de la lucha antiterrorista.
Las estimaciones policiales cifran en más de un centenar los jóvenes radicales que forman ya parte de las nuevas huestes terroristas.
La mayor parte son miembros legales, es decir, no fichados por las Fuerzas de Seguridad del Estado. El número de veteranos es muy bajo, según estos expertos. Se encuentran en fase durmiente, es decir, asentados en territorio del país vecino pendientes de recibir instrucciones de la dirección etarra para pasar la frontera y cumplir las ordenes de sus jefes.
La situación es muy similar a la de los integrantes del denominado complejo Donosti, desplazados desde Francia con el encargo de actualizar informaciones sobre objetivos y con armas y explosivos para perpetrar acciones en cuanto recibieran luz verde desde la cúpula etarra.
Según explicaron estas mismas fuentes, con mayor o menor detalle, los integrantes del comando Donosti habían logrado ya confeccionar una lista con más de 300 nombres, la gran mayoría cargos públicos, representantes de partidos políticos y miembros de las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad del Estado. Pero en ese listado también figuran muchos empresarios, según explicaron estas mismas fuentes.
La Guardia Civil ha notificado a los afectados a los que ETA ha realizado un mayor seguimiento los datos que se les han intervenido a los terroristas sobre ellos.
Una de las hipótesis que manejan los agentes de la lucha antiterrorista es que este comando asentado en Guipúzcoa y Navarra tratara de llevar a cabo alguna acción criminal en breve. Entre sus principales objetivos, concejales del PP, un agente de la Policía de San Sebastián y un testigo protegido de la Audiencia Nacional.
El gran temor que existe actualmente entre las Fuerzas de Seguridad del Estado es que ETA trate de responder al golpe policial de la Guardia Civil tratando de enviar a otro comando para perpetrar algún atentado de manera inminente.
Por este motivo, la seguridad se ha aumentado tanto en el País Vasco como en Navarra, Madrid y la costa levantina, zona que los especialistas consideran de alta sensibilidad debido a que se está celebrando la Copa América de vela.
El control que existe sobre los más de 40 etarras detectados no significa que puedan ser detenidos inmediatamente. Se sospecha que todos forman parte de ETA, pero son legales y aún no han perpetrado ningún delito, aparte de la propia pertenencia a ETA. En la mayoría de los casos, los especialistas en la lucha contra la banda prefieren mantener la vigilancia sobre ellos para tratar de localizar más miembros de la organización terrorista.
Disposición gala
Desde Francia se ha trasladado de nuevo al Gobierno español su disposición a actuar contra los etarras asentados en su territorio en el mismo momento que las autoridades españolas lo consideren oportuno, según explicaron estas fuentes.
Los agentes también han detectado cómo ETA ha estado reforzando durante los últimos meses las enseñanzas a sus nuevos activistas sobre el manejo de explosivos. En las últimas operaciones realizadas por la Policía y por la Guardia Civil se han intervenido a los capturados manuales detallados sobre el manejo de explosivos. Uno de los datos que más preocupó a los agentes fue localizar un manual con explicaciones muy detalladas sobre la manera de elaborar y poner en marcha una bomba lapa.
En ese manual, según explicaron estas fuentes, se explican tres maneras de activarlas: movimiento por mercurio, por radio control y por vibración. Estos datos hicieron saltar aún más las alarmas ante las sospechas de que ETA volviera a los atentados selectivos. En esos manuales también se explicaba cómo confeccionar artefactos explosivos para colocar en los reposacabezas de los automóviles.