MADRID.-
Los colectivos sociales que trabajan con los 23 inmigrantes del barco Marine I, que aún permanecen en Mauritania, han hecho públicos sus testimonios para «proteger sus vidas y evitar más vulneraciones de sus derechos humanos». En ellos, los inmigrantes reclaman la concesión del asilo por estar amenazados en el país del que proceden.
Los testimonios, que fueron recogidos por representantes de organizaciones sociales en el puerto de Nuadibú en el mes de marzo, recogen las declaraciones de los 23 inmigrantes que aún continúan a bordo del Marine I al negarse a aceptar la repatriación voluntaria.
Todos ellos coinciden en asegurar que policías españoles les amenazaron con volver esposados a su país de origen si no firmaban la repatriación voluntaria, y relatan cómo han realizado un largo viaje en el que han recorrido numerosos países, aunque la mayoría de ellos desconoce el nombre de todos.
Además, explican qué traficantes eran los que les suministraban toda la información y documentación para iniciar el viaje a Europa, en muchos casos sin conocer el lugar exacto al que iban a llegar, y cómo también miembros de esta organización eran quienes les quitaban los mismos pasaportes que antes les habían facilitado.
Así, explican la situación de miedo e inseguridad que reina en sus países y se niegan a regresar por temor a ser matados. Muchos de ellos recuerdan, además, que sus padres o hermanos ya han sido asesinados y temen correr la misma suerte.
Por ejemplo, el indio Taje Ali explica que decidió viajar a Europa «por razones de pobreza y falta de seguridad» y denuncia que, durante su estancia en el Marine I, no le han informado de cuáles son sus derechos ni cuál es su situación legal. Según asegura, un policía español les dijo que volverían esposados si no firmaban la solicitud de repatriación.
En el mismo sentido, el leñador Mair Asif dice que no quiere volver a la India porque tiene «miedo» de la situación en su región, y explica cómo una amplia organización «de la mafia» es la encargada de guiar a los inmigrantes durante el largo viaje.
El granjero indio de 31 años Aamir Lal asegura que si regresa a su lugar de origen le pueden matar, igual que su compatriota Karam, que relata cómo sus padres fueron asesinados y las agresiones sufridas por terroristas.
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