PABLO HERRAIZ
La avenida de Palomeras, en el distrito de Vallecas, vivió ayer por la tarde su propia versión del Chicago años 30: hampones disparando a una familia desde un coche en marcha. Afortunadamente, en esta versión no hay balas ni muertos pero sí seis personas heridas, tres de ellos niños de corta edad.
A la altura del número 130 de Palomeras hay un jardín de recreo para niños. En el lugar una mujer, su prima, de 18 años, y su abuela cuidan de un bebé de ocho meses y vigilan a los niños, de dos y cuatro años, que corretean de un lado para otro. Todos ellos son de etnia gitana, según precisaron fuentes policiales. La escena no es muy diferente de la que se puede ver cualquier tarde de primavera en el lugar. Apenas se descolgaban unos minutos de las cinco de la tarde, cuando, de repente, un coche irrumpe en el lugar, junto al parque infantil. Suena un disparo. Los proyectiles del arma impactan contra la familia. De tranquilos vecinos que disfrutan de una tarde de domingo han pasado a ser víctimas. Afortunadamente, los proyectiles que hirieron a las mujeres y a los niños eran perdigones y no hubo que lamentar daños personales fatales. Las fuentes informantes precisaron que es posible que el disparo se efectuase con una escopeta de postas y que los perdigones sean de muy pequeño tamaño.
Ninguno de ellos se libró de las heridas. Fue tal el número de proyectiles que salieron del arma que uno de los niños sufrió hasta 30 impactos, aunque todos ellos resultaron heridos leves. Hasta el lugar del siniestro acudieron efectivos del Samur-Protección Civil que atendieron a las tres mujeres y a los niños por múltiples heridas. Todos ellos se encontraban conscientes y con un gran susto metido en el cuerpo. La mayor parte de las heridas que les ocasionó el agresor con la escopeta de caza fueron superficiales, pero los sanitarios trasladaron a las víctimas hasta el Hospital Gregorio Marañón para un examen más en profundidad. Los pequeños proyectiles impactaron, fundamentalmente, en las piernas de las víctimas, aunque tenían heridas por todo el cuerpo.
Los únicos afectados por el disparo fueron esos seis miembros de la misma familia. No hubo que lamentar más heridos a consecuencia de que algún proyectil hubiese rebotado contra algún sitio y dañase a alguien. Como es normal, una vez cometido el disparo, los agresores pusieron pies en polvorosa.
Las víctimas informaron a los agentes de la Policía Nacional que el hombre que les disparó con la escopeta de postas viajaba en un coche de color amarillo. Además, el agresor no les es indiferente. Es más, incluso le identificaron y ofrecieron una descripción completa a la Policía. A lo largo de la tarde no se han producido detenciones, aunque, eso sí, la comisaría de Puente de Vallecas ya ha abierto una investigación para tratar de esclarecer los hechos. Por el momento, se desconocen las causas que han motivado esta agresión.
En cualquiera de los casos, y en previsión de evitar males mayores, una patrulla se quedó ayer por la tarde por la zona para recabar más información de las víctimas y su entorno. Las últimas semanas no se puede decir que hayan sido muy tranquilas en Vallecas. En la medianoche del sábado, un hombre y una mujer de nacionalidad ecuatoriana fueron apuñalados en las proximidades de la estación de Entrevías, fue el segundo suceso de este tipo en una semana.
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