A. G.
El partido le pidió que fuera candidato a la Alcaldía de Robregordo y no le quedó otra opción. «Entonces tenía una vinculación personal con el pueblo». Pero lo que empezó en 1995 como un reto algo impuesto desde la casa socialista se ha convertido en una experiencia política «muy satisfactoria» que, en las últimas elecciones, contó con el apoyo del 74% del electorado, actualmente formado por los 70 habitantes censados. «Al fin y al cabo, es un reconocimiento al trabajo». Porque algo ha cambiado esta localidad de la Sierra Norte en los últimos años.
«El primer proyecto que hicimos fue habilitar el nuevo Ayuntamiento». Ahora andan enfrascados en la transformación de la antigua travesía, que la están haciendo vía urbana. Casi todos los vecinos censados viven en la localidad y cuentan con tres niños. No hay colegio, ni centro médico, tampoco comercios. Y el único restaurante que había ha echado el cierre por jubilación del dueño. «Tenemos ocho alojamientos rurales situados en dos edificios».
Para este regidor de 47 años, que también es diputado en la Asamblea de Madrid, la principal carencia de su pueblo es «la falta de actividad económica, la ausencia de elementos de dinamismo económico». Ahora trabajan en la construcción de un centro de día y una residencia de mayores, proyecto que supondría atraer caras nuevas para trabajar en el pueblo.
Pero entre los pequeños grandes lujos que permite llevar el timón de un municipio pequeño está la cercanía con la gente. Aquí sí que se conoce todo el mundo. «Acabas haciendo amistad con los lugareños». Incluso la campaña electoral se plantea de manera diferente. «Aquí se hace día a día, persona a persona. No es cuestión de grandes actos, se da más el contacto directo». Vamos, que los vecinos le cuentan sus problemas al alcalde, aportan sus sugerencias y, a partir de ahí, empiezan a estudiarse las posibles soluciones. El último presupuesto ha sido de 300.000 euros. «La inmensa mayoría procede de subvenciones de la Administración estatal o regional». A juicio del alcalde es «el handicap más importante porque supone no tener dinero propio para llevar a cabo actuaciones concretas».
En la actualidad, la media de edad es muy alta, «como ocurre en otros pueblos de la zona», aunque los inmigrantes van rejuveneciendo el pueblo. «Son el 10% de la población». Pero, aun así, la falta de población sigue siendo uno de los problemas de este municipio. A lo que hay que sumar una prestación deficiente de los servicios respecto al resto de la Comunidad. «Esto está mal por el abandono al que estamos sometidos por parte de la política regional». Recuerda que en esta legislatura, «Esperanza Aguirre no ha aparecido por aquí».
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