Lunes, 16 de abril de 2007. Año: XVIII. Numero: 6329.
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Se fuga en helicóptero de una cárcel belga un estafador que iba a ser extraditado a España
Sus cómplices aterrizaron en el patio de la prisión tras apoderarse del aparato con una granada de mano
MARIA RAMIREZ. Corresponsal

BRUSELAS.- Erik Ferdinand, un francés acusado de estafa y pendiente de extradición de Bélgica a España, disfrutaba ayer por la tarde de un sol espléndido en el patio de una cárcel a las afueras de Lieja. Pero su interés no era por el inusual buen tiempo. En aquel cielo apareció el helicóptero que sólo él esperaba.

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Con un estruendo, el aparato se posó un momento, el tiempo suficiente para que uno de los tripulantes lanzara una granada y Erik Ferdinand se montara para su gran evasión.

Hacia las 15.00 horas, según el relato de la policía belga, que afronta su segunda fuga espectacular de una cárcel en pocos meses, dos hombres, cómplices de Ferdinand, aparecieron en el cercano aeropuerto de Saint-Trond, en el oeste de Bélgica, supuestamente para una clase de vuelo. Pero una vez montados en el aparato, amenazaron con una pistola y una granada al piloto y le obligaron a volar hacia la cárcel de Lantin.

Según explicó el instructor, Eric Mathieu, a la cadena de televisión pública RTL-TVI, los dos hombres se habían identificado como turistas de Marsella y no parecían sospechosos hasta que se metieron en el aparato. «Me pusieron un revólver en la frente», explicó por la noche Mathieu. «Yo no quería, el patio de la prisión era demasiado pequeño y, al principio, me negué a aterrizar allí, pero amenazaron con matarme, así que tuve que hacerlo», contaba.

En cuanto aterrizaron, los dos hombres lanzaron su granada -que soltó humo y poco más- en medio del centenar de reos que paseaban o hacían ejercicio en el patio. Sorprendidos y asustados por la inesperada visita, algunos corrían y gritaban; en medio de la confusión, el prisionero se encaramó en su helicóptero rescatador. El aparato se volvió a elevar de inmediato y aterrizó en una explanada a pocos metros de la prisión, donde Ferdinand y sus cómplices huyeron a pie hacia una zona industrial, según el testimonio de las autoridades penitenciarias. En alguna esquina, les esperaba un Peugeot 206 gris listo para huir a toda velocidad.

Ferdinand es un especialista en estafas, falsificaciones y fraudes, por los que ha sido detenido y acusado varias veces. Fue arrestado con el nombre de Gamez Vincent, aunque los investigadores descubrieron su verdadera identidad, la de un francés de 30 años y con un pasado de delitos, evasiones y múltiples personalidades.

De hecho, Ferdinand fue arrestado en Lieja el año pasado después de que desapareciera en medio de un juicio en Girona y ahora esperaba su extradición próxima a España por pertenencia a una organización mafiosa y varios atracos en Cataluña.

En 2004 se escapó mientras la Guardia Civil y los Mossos d'Esquadra registraban su casa en Maià de Moncal, en Girona. Al afrontar un objetivo «peligroso», las fuerzas de seguridad desplegaron entonces un gran dispositivo de control y vigilancia por los bosques y carreteras de la zona. El rastreo, también digno de película, acabó en la prensa local.

Ferdinand se paseaba entonces por los bares de la zona y se llevaba los periódicos que hablaban de su fuga. Con la de ayer, conseguirá muchos más recortes con los que regodearse y algo más que sus 15 minutos de fama.

El sistema carcelario belga está en crisis después de varias fugas de sus prisiones. Hasta ahora, la más cinematográfica había sido la de agosto del año pasado, cuando dos prisioneros abrieron sus celdas, simplemente forzando la cerradura, encerraron a sus guardianes y huyeron con otros 26 detenidos. La treintena de prisioneros, la mayoría miembros de una banda de crimen organizado de Europa del Este, escalaron el muro de la cárcel de Dendermonde, en el norte de Bélgica, y se marcharon con tranquilidad.

Los casos de fugas han llegado al debate político, ya que, por ejemplo, en la cárcel de Dendermonde las puertas de protección metálica no se habían instalado porque costaban demasiado.

Varios análisis, desde entonces, muestran que los centros penitenciarios belgas están entre los menos seguros de la Unión Europea por falta de presupuesto o personal. Los sindicatos convocaron una huelga en otoño para protestar por sus condiciones, pero los fallos del sistema penitenciario no son nuevos en Bélgica; incluso el famoso asesino y pedófilo Marc Dutroux logró escapar en medio de su proceso (aunque fue arrestado de nuevo).

La pobre situación de las cárceles belgas ya se prevé tema de la campaña electoral para las legislativas de esta primavera.

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