Lunes, 16 de abril de 2007. Año: XVIII. Numero: 6329.
MUNDO
 
Sarkozy conserva el puesto de favorito en todos los sondeos
Hollande hace un llamamiento al voto útil por temor a que Royal no pase a la segunda vuelta
R. A.. Corresponsal

PARIS.- La consolidación de Sarkozy como favorito en todos los sondeos y la pujanza de Bayrou han alentado la incertidumbre en las filas socialistas. Algunos elefantes del partido comienzan a temer que Royal quede fuera del primer turno. Otras viejas glorias intentan prevenir el desastre buscando una alianza in extremis con Bayrou.

El primero en hacerlo fue Michel Rocard, jefe del Gobierno francés en tiempos de Mitterrand, mientras que el último fue ayer Bernard Kouchner, ex ministro socialista de Sanidad, fundador de Médicos sin Fronteras y autor de un artículo polémico en Le Journal du Dimanche. «Sólo una izquierda socialdemócrata renovada (...) puede convencer a los franceses (...). Esta izquierda no debe rechazar la alianza con un centro renovado (...). Por primera vez el partido de Bayrou no recusa a la izquierda reformista. Aprovechemos esta oportunidad».

Los consejos de Kouchner han escandalizado a Ségolène Royal, reacia a cualquier tipo de pacto y harta de que la vieja guardia ejerza un papel velado de oposición. Ayer mismo acusaba a los barones socialistas de no haber aceptado su condición de candidata y de haber intentado obstaculizar su carrera al Elíseo con toda suerte de circunloquios y tejemanejes.

La desunión y el nerviosismo explican la intervención desesperada de François Hollande. Resulta que el primer secretario del PS y compañero sentimental de Royal hizo un llamamiento al voto útil de la izquierda porque «no es segura la presencia de Ségolène en el segundo turno». El guirigay socialista colma el orgullo de Bayrou, líder del partido centrista (UDF) y árbitro del mano a mano que pretendían librar, sin testigos, Sarkozy y Royal.

De hecho, las encuestas publicadas ayer siguen dándole expectativas de votos muy interesantes. Empezando por Le Parisien, que le atribuye un 21% de los sufragios. Dos puntos por debajo de Ségoléne y cinco escalones más lejos que Sarko. El líder del partido gubernamental (UMP) también ha aprovechado la semana y las últimas horas para sondear sus propias alianzas. Primero intentando desenmascarar la «impostura» izquierdista de Bayrou, puesto que el líder del UDF ha colaborado con el actual Gobierno en los últimos cinco años de legislatura y proviene de las huestes gaullistas.

La segunda maniobra, en cambio, consiste en hacerse querer entre los electores del FN. No sólo llevando el discurso político a los extremos de la identidad, la patria y la inmigración. También estableciendo una línea de comunicación con el acuartelamiento de Le Pen a cambio de ciertas promesas políticas.

La más concluyente consistiría en el compromiso de introducir en Francia una cuota de voto proporcional. Es decir, que el FN, ya presente en el Parlamento Europeo, podría acceder a la Asamblea Nacional y ocupar sus escaños en la sede del Senado.

Cualquier hipótesis de acuerdo en este sentido ha sido desmentida por Sarkozy y Le Pen. Ambos tratan de preservar cara a la galería su condición incorruptible, pero está claro que Sarkozy se trabaja a los votantes lepenistas y que el propio Jean-Marie estaría dispuesto a apoyarlo en caso de que el Frente Nacional no supere, como parece, el corte del primer turno.

La finalísima del 6 de mayo se antoja incierta, aunque parece clara la presencia de Sarkozy. Mucho más después de haberse publicado ayer varios sondeos como el que aparecía en el Journal du Dimanche prediciendo para el candidato una ventaja respecto a Ségolène de cuatro puntos y medio (28,5% contra 24%).

¿Quién le acompañaría en el segundo turno? No se le puede quitar un papel de favorita a Royal, pero las evidencias de una encuesta para uso interno del Ministerio del Interior -Ségolène quedaría en cuarto lugar y Le Pen jugaría la final- y las llamadas a las alianzas a favor de Bayrou demuestran que el Partido Socialista no comparte demasiado la seguridad de la candidata.

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