Corren malos tiempos para el Ejército alemán. Primero fueron los soldados desplegados en Afganistán y sus fotografías obscenas con restos humanos, a los que se sumaron los símbolos nazis en vehículos oficiales y los malos tratos a más de un centenar de reclutas, que están siendo actualmente juzgados por un tribunal de Münster. Ahora, el semanario Stern denuncia un llamativo caso de racismo.
Esta publicación alemana halló un vídeo en internet en el que un instructor del Ejército emplaza a un soldado a imaginar que dispara contra «afroamericanos», durante unos ejercicios.
El vídeo, de apenas minuto y medio, fue grabado en julio de 2006 en un cuartel de Rendsburg, al sur del país, y comienza cuando el instructor pide a su subordinado que se imagine a sí mismo ante secuestradores aéreos, a los que le ordena que dispare. Después el instructor, que todavía no ha sido destituido, felicita al recluta: «Muy, bien, los terroristas han muerto». Y prosigue: «Ahora estás en el Bronx (el conflictivo barrio de Nueva York). Una camioneta negra frena delante de ti. Tres afroamericanos descienden del vehículo e insultan a tu madre. Antes de cada tiro, quiero escucharte gritar: 'Motherfucker (hijo de puta)'». Cuando el soldado comienza a gritar y a disparar, el instructor interviene de nuevo: «Más fuerte!».
El vídeo, que puede verse en la página web de la revista Stern desde el viernes, fue emitido el sábado por la televisión pública alemana y ha provocado consternación al otro lado del Atlántico. El alcalde del distrito neoyorquino del Bronx, el hispano Alfonso Carrión, considera «muy triste» lo sucedido y ha emplazado al Ejército alemán a aclarar cuanto antes el incidente, al tiempo que ha recomendado a la institución que «eduque» adecuadamente a sus soldados.
Por el momento, el Ejército se ha limitado a trasladar a otro cuartel al instructor y al recluta que protagonizan el polémico vídeo. Según un portavoz del Bundeswehr -el Ejército Federal alemán-, todavía se están sopesando posibles sanciones contra ambos.
«Aún no podemos decir cuáles serán las consecuencias», declaró ayer este representante del Ejército. De acuerdo con este mismo portavoz, la jerarquía militar ya tenía conocimiento de estos hechos y los estaba investigando, antes de que salieran a la luz pública. «El Bundeswehr se toma muy en serio este caso y pretende aclarar lo sucedido inmediatamente», añadió este portavoz, para quien este episodio no deja de ser «un caso aislado».
Otros en el mismo Ejército alemán no piensan lo mismo: Jürgen Rose, un oficial que preside la asociación de militares críticos Darmstädter Signals, declaró ayer que no se puede hablar de un caso aislado, «cuando llevamos ya toda una serie de ellos, desde la fundación del Ejército Federal».
Actualmente 18 soldados están siendo juzgados por haber simulado en 2004 un secuestro, en el que los secuestrados eran reclutas novatos, a los que se llegó a someter a descargas eléctricas de baja intensidad.